Los niños protagonistas del carnaval en el Casco

Mario G. Gutiérrez
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La iniciativa 'Carnaval de los barrios' descorchaba las fiestas en la capital con un espectáculo de animación con música, magia y bailes infantiles en la Plaza de la Bellota del Casco

El carnaval es momento de risas y jolgorio. Momento de romper los moldes y dar rienda suelta a la creatividad.

Policías, médicos, bomberos, enfermeros, indios, fontaneros o albañiles, son algunos de los ejemplos de los disfraces más típicos de aquellos quienes quieren vestirse «de carnaval». Tampoco quedan lejos las películas icónicas como 'Star Wars' con personajes como Darth Vader, Yoda, Chewbacca; Harry Potter, y sus protagonistas o los Cazafantasmas, que son clásicos en estas fiestas, y los clásicos de Disney son otros de los motivos que no pueden faltar a la hora de elegir disfraz.

De todos ellos se ha visto esta tarde una amplia representación en la Plaza de La Bellota. Allí los más pequeños disfrutaron del espectáculo 'Magicaland'.Música, magia, baile y muñecos Disney, que hicieron las delicias de los más menudos de la casa y de los que no lo son tanto, pues para ellos también sirvió de disfrute este momento de entretenimiento infantil.

El mago 'Alvarete' fue el encargado de realizar el espectáculo.El mago 'Alvarete' fue el encargado de realizar el espectáculo. - Foto: L.T.El mago 'Alvarete' puso en escena «espectáculo estrella y mas solicitado», desarrollando un espectáculo de magia infantil cómica muy participativa, adaptada para la edad de los niños, donde prometió que «lo imposible se hará realidad».

La magia cautivó a los niños, además de la ilusión, que venía garantizada de antemano, así como muchas risas. 

De esta forma, tras acabar la jornada escolar los niños pudieron comenzar las fiestas de carnaval con una sonrisa y poniendo de largo sus mejores galaas para estas fechas.

La tradición del disfraz. La costumbre de vestir ropas a modo de disfraz data de muy antiguo. A pesar de no tener documentado un origen exacto, es cierto que hay quien lo sitúa en la época romana. Durante el esplendor del Imperio, se celebraban los «saturnales», seis días dedicados a la diversión olvidando el orden establecido. Podríamos continuar este hilo hasta la actual Italia y la popularidad de sus carnavales en ciudades como Venecia, Apulia o Ferrara.

Si nos centramos en nuestro país, podemos contemplar como durante el reinado de Carlos III, se introducen los bailes de máscaras o durante el de Fernando VII, quedaron prohibidos; siendo la regente María Cristina quien volvió a autorizarlos.

La única premisa del disfraz de carnaval es la de la de, mediante un tono jovial, burlesco o pretencioso, mofarse del orden establecido. También la máscara da rienda suelta a la creatividad, permitiendo a la vez dar rienda suelta a la broma y la desvergüenza, que en el día a día es complicado de poner de manifiesto, hasta tal punto que lo habitual es no reconocer al «enmascarado», puesto que no existen directrices temporales, de figuras o personajes a las que ceñirse a la hora de hacer referencia.

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