¿Se acuerdan de la niebla que rodeaba la casa de Grace Stewart (Nicole Kidman) en la película Los Otros, de Alejandro Amenábar? Esa niebla de medias verdades, de falta de información, de tensos silencios, pues así se vive gracias a los munícipes.
Esto de los caciquillos que se creen manejar el cotarro, con tonos supremacistas, no lo soporto. Seguro que conocen a alguien, o alguien que conoce a otro alguien que le ha dicho que un personaje de renombre le ha contado, la razón por la que no se dice la verdad en la prensa, o en el pleno municipal o, incluso, en la comunidad de vecinos por un tema o por otro. Se ha convertido en deporte olímpico local.
Si lo pensamos fríamente el que quiere ser cacique es aquel que tiene 2 caras, vende una moto y permite que otros se la partan por él y, luego, si te he visto no me acuerdo.
Así le pasaba a la protagonista de la película, preguntaba, pero le respondían lo que quería oír. Eso está pasando en esta ciudad, se les pregunta, se les presentan alternativas, soluciones, mejoras, cambios y propuestas y sólo saben decir lo que sus hooligans esperan escuchar. Un constante vapuleo de medias verdades en las que la niebla tapa la dejadez en la que la ciudad lleva anclada década y media.
Nos engañan aprovechando la manga ancha con la que la fiscalía ciudadana les quiere mirar. Como no son peperos, no hay de por medio trajes y todo es perdonable.
Las responsabilidades quedan para otro momento. Nada para las peticiones de ayudas a los sectores afectados por el Covid19, a las demandas por los estragos de Filomena, a la graciosa DANA que se cebó con la ciudad, a la recuperación de sombras suficientes en los barrios para dejar de ser un islote asfaltado desde Google Earth.
La niebla que afectaba a la peliteñida Kidman podría ser por el exceso de oxigenación y afectaríe a la mente de otra similar en Consistorio 1. Esto no marcha, es evidente.
Saquen la cabeza para poder ver más allá y escuchen atentamente las voces de los otros, los que no se conforman con ver cómo la imperial ciudad se difumina tras la niebla, sin respuestas, ¿sin solución?