«El que da la vida por sus amigos»

F.T.
-

«La dignidad con la que sufre Jesús su apresamiento, condena y muerte es comparable a la de las personas que hoy se entregan al cuidado de otras», señaló Francisco Cerro, arzobispo de Toledo en la homilía del Domingo de Ramos

El obispo acompañado del Cabildo y otros sacerdotes procesionó con las Palmas por el interior de la Catedral. - Foto: La Tribuna

Francisco Cerro Chaves, arzobispo de Toledo y Primado de España, dedicó ayer la homilía del Domingo de Ramos a desarrollar las tres claves que, en su opinión, muestra el comportamiento de Jesucristo durante el episodio de la Pasión: la dignidad en su sufrimiento, el silencio y el salmo ‘Dios mío por qué me has abandonado’. La lectura corresponde al Evangelio y en concreto a la narración de la Pasión según san Mateo.

Sobre la dignidad con la que sufre Jesús su apresamiento, condena y muerte,  dice el arzobispo,  proviene de su amor y lo compara con lo que se ve estos días donde muchas personas se entregan al cuidado de otras en hospitales, residencias y tantos lugares. «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos», como hizo Jesús para redimir a los hombres.

Dice que el título que da a la Pasión es «una declaración de amor», «un te quiero de Dios a la humanidad» por parte de quien entrega su vida por amor, por generosidad. «La cruz de nuestra vida saca lo mejor que tenemos».

En  segundo lugar Jesús calla cuando le interrogan y Cerro explica que significa «que Dios nos escucha», que le dice a la humanidad que hay que confiar en Dios, que no ama en abstracto sino a cada uno, a cada persona en concreto y es por cada uno por quien se deja llevar a la muerte en la cruz.

Por último el grito Dios mío por qué me has abandonado, que podría ser una pregunta sobre dónde está Dios en momentos como el actual cuando se le puede encontrar en el corazón de cada uno, es ni más ni menos que un  canto a la esperanza porque ña última palabra es del resucitado. «De esta saldremos, pero tenemos que hacerlo más cristianos, más convencidos de nuestra fe, con la convicción total de que Dios no abandona a su pueblo», y durante ese trayecto hay que cuidar de nuestros hermanos, especialmente a los pobres y a los que más sufren.

En resumen, la Pasión viene a mostrar que «la cruz el es camino, pero el destino son la resurrección y la vida eterna».

La misa en la Catedral se celebró a puerta cerrada, con una pequeña procesión de ramos en manos de los sacerdotes que acompañaban al arzobispo quien bendijo las palmas e hizo extensiva la bendición a quienes presenciaban la liturgia por la televisión o la radio, explicando que durante el confinamiento la casa de cada uno se convierte en la catedral donde se recibe la palabra de Dios.

============i