«Se lio a puñetazos conmigo. Igual que una ametralladora»

J.M.
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La víctima pensó que iba a morir. El acusado aseguró que se trató de una pelea que empezó el septuagenario

«Se lio a puñetazos conmigo. Igual que una ametralladora»

Antonio iba a cumplir 72 años cuando el supuesto ataque sorpresivo de un allegado lo dejó «grogui» en su propio domicilio. «Se lio a golpes conmigo. Igual que una ametralladora», detallaba ayer al Tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial. Se trataba de la primera sesión de un juicio contra Ahmed, un vecino también de Alameda de la Sagra y 33 años menor, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de cuatro años y tres meses de prisión por los delitos de allanamiento en concurso con lesiones.

Antonio explicó que quería cortar cualquier vínculo con Ahmed porque «vi cosas que no me encajaban». Las esposas de ambos eran amigas y estaban juntas fuera de Alameda de la Sagra cuando ocurrieron los hechos, el 6 de agosto de 2018. Al volver, se encontraron con una escena dantesca en la vivienda.

 Antonio, apoyado por la Fiscalía, explicó que el acusado dio «un patadón» a la puerta de entrada. Y entró al domicilio gritando y hablando en árabe (es marroquí). «Me dio todo lo que quiso y más», indicó la víctima, que sospecha que el atacante había consumido drogas. Y apostilló: «Pensaba que era mi último día de vida».

Según su testimonio, el acusado le ponía una rodilla a la altura del cuello para que no pudiera incorporarse del sofá. «No había enfrentamientos entre nosotros. No me gustaban cosas de él,  pero no había habido agresión», aseguró la víctima sobre un posible desencadenante de la agresión.

interrogatorio al acusado. El acusado apuntó que los matrimonios se trataban como familia, pero el vínculo con Antonio se estropeó semanas antes de los hechos. Ahmed sugirió que el septuagenario se mostraba desconfiado con él por el trato con su esposa y añadió que intentó una conversación para aclarar la situación. Así, afirmó que Antonio empezó la pelea; vino a decir que Antonio afirmó que uno de los dos saldría con las piernas por delante. Además, el procesado negó que cogiera una botella rota para el ataque.

Ahmed, quien vive ahora fuera de Alameda de la Sagra por la orden de alejamiento de este caso, redujo la duración de su estadía en la vivienda de las tres horas aproximadas señaladas por la Fiscalía y la víctima a unos 40 minutos, e hizo hincapié en que la casa tiene las puertas blindadas. «Yo estaba lleno de sangre. Me pusieron 38 puntos. Tenía la espalda rota», aseguró el acusado, quien atribuye los múltiples desperfectos del domicilio a la pelea entre ambos.

El acusado negó la autoría de la lesión ocular de Antonio y resaltó que conocía que el septuagenario había sufrido una operación en el corazón, por lo que no hubiera acometido un ataque violento.