Cuando el pasado se convierte en un constante presente

Mario G. Gutiérrez
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La escritora y periodista Julia Navarro volvió ayer a Toledo para presentar su última novela 'De ninguna parte' en la Biblioteca de Castilla-La Mancha ante una sala abarrotada

Julia Navarro es una de las autoras más leídas del panorama nacional. - Foto: L.T.

El pasado es inmutable. Tanto para cambiarlo como para huir de él. Permanece pegado a nosotros de tal modo que, ni aún deseándolo de forma superlativa podemos modificarlo y ni aún queriendo podemos escapar de su rastro.

Este es el eje sobre el que pivota la última novela de la escritora y periodista Julia Navarro, 'De ninguna parte', que la propia periodista presentaba en la tarde de ayer en la Biblioteca de Castilla La Mancha, dentro de un ciclo de prsentaciones organizados por CiBRA y que tendrá en próximas fechas su continuación con diferentes autores. Con ello Navarro cumplía con el compromiso con el Festival, cuya presencia estaba fechada para el pasado 16 de noviembre y quedó aplazada por motivos personales. Una obra que se suma a la prolífica colección literaria de la madrileña y que ha cautivado a millones de lectores llgando a más de treinta países.

En esta obra Navarro narra el viaje de dos hombres en la búsqueda de su identidad. Abir Nasr presencia, impotente, el asesinato de su familia durante una misión del ejército israelí en el sur de Líbano y jura ante los cadáveres de su madre y su hermana pequeña que perseguirá a los culpables durante el resto de su vida.

Noche tras noche la amenaza de Abir irrumpe en el sueño de Jacob Baudin, uno de los soldados que ha participado en la acción mientras cumplida con el servicio militar obligatorio, enfrentándose al dilema de luchar contra enemigos que no ha elegido. Jacob, hijo de padres franceses, no deja de sentirse un emigrante en Israel e intenta reconciliarse con una identidad que le viene dada por su condición de judío.

Después de la tragedia, Abir es acogido por unos familiares en Parias, donde se siente atrapado entre dos mundos irreconciliables, el asfixiante núcleo familiar y la sociedad abierta que le ofrece libertad y que encarnan dos jóvenes: su prima Noura, que se rebela contra las imposiciones del fundamentalismo religioso de su padre y Marion, una adolescente hermosa y vitalista, amiga de su prima, de la que se enamora de forma obsesiva.

'De ninguna parte' es un viaje a los confines de la conciencia de dos hombres que se ven obligados a vivir de acuerdo a unas identidades que no han escogido y de las que es difícil escapar, cuyas vidas se vuelven a cruzar años más tarde en Bruselas bajo el humo de las bombas con las que El Círculo, una organización islamista, siembra el terror en el corazón de Europa.

Escrita en tercera persona, la novela dota de mucho ritmo al relato no dando margen al despiste a un lector que podrá llegar a empatizar con los protagonistas. Mucha acción y giros inesperados, ayudan a mantener la línea de un relato que con protagonistas muy humanos dejarán huella en el lector.

«La convivencia entre oriente y occidente no es fácil, pero no es un tema de culturas, sino de valores», aseguraba la escritora, en declaraciones a La Tribuna, quien además admite que se trata de un viaje a través de las cuestiones que ella misma se formula, para interpelarse a sí misma y a los lectores sobre «qué está pasando», puesto que son temas de actualidad que «ocupan a diario los periódicos, los informativos de la tele y la radio, lo que abordo son tres problemas de nuestro tiempo y de la sociedad en la que nos ha tocado vivir» y donde el «desarraigo juega un papel fundamental», tanto para los que emigran como para los que ven llegar migrantes a sus territorios. 

De esta manera, la laureada escritora, que reconoce que «todo lo que es y cómo escribe» se lo debe a su «bagaje como periodista»,  invita a los lectores a una reflexión en una novela de acción.