Diálogo y avenencia

M.G. | TOLEDO
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El equipo de mediación recuerda un conflicto muy complejo de un matrimonio mayor que llevaba diez años intentando liquidar los gananciales. Después de intensas sesiones lograron un acuerdo. Los mediadores también han intervenido en un conflicto con d

Parte del equipo de mediación:Irene Gil (dcha), Maite Delgado, Mari Carmen Fernández e Isabel de la Fuente. - Foto: David Pérez

Al servicio de mediación llegó un caso hace meses muy complicado que llevaba sin resolverse diez años. «Una pareja mayor quería liquidar los gananciales y los abogados estaban desesperados porque habían pasado ya diez años y no había manera», relata Isabel de la Fuente, una de las integrantes de este equipo. Además, se añadía el problema de que lo llevaba un juzgado de otro partido judicial y fue necesario solicitar permiso al juez decano de Toledo, Juan Ramón Brigidano, para intentar resolver un conflicto «de gran tensión». 
Al principio, parecía imposible que  los dos mayores se pusieran de acuerdo en la liquidación porque había muchos bienes en juego y tampoco los hijos habían conseguido que entraran en razón, pero las mediadoras celebraron con ellos una sesión informativa, ese primer paso en el que se convoca a las partes juntas o por separado y se les facilita información sobre la mediación, se aborda la situación y los objetivos antes de que ellos mismos decidan si quieren iniciar o no el proceso. 
En el caso de este matrimonio mayor el servicio de mediación recibió varias llamadas de los abogados para ver si se encontraba una solución y finalmente el conflicto se solucionó aunque no fue fácil y necesitó «varias sesiones intensas con las partes» y distintos fórmulas de reparto de gananciales hasta que ambos aceptaron. «Al final llegaron a un acuerdo y fue muy satisfactorio para nosotras», explica De la Fuente. «A mediar se aprende mediando», indica María Teresa Delgado, otra mediadora y asegura que la formación es necesaria, pero la práctica es fundamental porque hay casos complicados con partes muy encontradas que pueden dar paso incluso a cierta violencia y a la intervención de la Guardia Civil, pero se trata de asuntos puntuales. 
«Tuvimos otro caso en el que un joven se puso un poco violento y me tragué hasta el chicle», recuerda con cariño Irene Gil, educadora social. Era uno de sus primeros días y en esos momentos el servicio contaba con algunos casos bastante complicados, pero echando mano de distintas herramientas y de buenas dosis de psicología las sesiones acaban funcionando. A pesar de todo, si en algún momento las partes no quieren seguir con el proceso se concluye y el caso puede volver al juzgado. 
«También tuvimos un conflicto entre dos estudiantes de 18 años que se habían insultado y  habían presentado denuncias cruzadas», explica Delgado. Ese asunto fue sencillo a pesar de que ambas jóvenes ni se miraran a la cara cuando entraron en la biblioteca del Palacio de Justicia para intentar resolver sus diferencias. Pero después de la sesión «se marcharon juntas y tan contentas».
Quizá el caso que recuerdan con más satisfacción fue un asunto de familia porque la mediación logró que un padre viese a su hijo pequeño después de dos años  sin contacto y las partes lograron entenderse y beneficiaron al menor, «que es quien peor lo pasa en estos conflictos», subraya Mari Carmen Fernández. 
Los conflictos vecinales son frecuentes, las reclamaciones de cantidad también, pero hay otros muchos que deberían formar parte de un libro de anécdotas, como la mediación que se realizó con dos políticos hace meses que también se habían pasado hablando el uno del otro. 
 
instituto. El servicio de mediación está a punto de celebrar el Día Internacional de la Mediación. El calendario marca la fecha este miércoles para reivindicar la figura de la mediación. Yeste año este equipo lo festejará ‘por todo lo alto’ porque está tramitando la puesta en marcha de un instituto, un órgano profesionalizado que proteja y registre a los mediadores, pero todavía está esperando la correspondiente autorización. 
Este equipo profesional  también está siguiendo muy de cerca la tramitación de la Ley de Mediación Social y Familiar de Castilla-La Mancha, una normativa que abre las puertas a la resolución de conflictos fuera de los juzgados y elevará la conciencia sobre la mediación.