Juan Ignacio de Mesa

Barrio de Santo Tomé

Juan Ignacio de Mesa


Marxismo

25/07/2022

Suele ser muy habitual el que se generalice sobre un colectivo; «los políticos son unos corruptos»; «los periodistas son unos mercenarios»; «los funcionarios no trabajan lo suficiente»; «los empresarios son unos explotadores»; «los liberados sindicales no pegan una vara al agua», etc. etc. Generalizar una opinión, casi siempre negativa, sobre todo un grupo, es muy nuestro. Y no digamos cuando se opina sobre alguien que ideológicamente no se identifica al 100% con las ideas del 'opinador'. Así, el de izquierdas descalifica a todo lo que se encuentre a su derecha, y, viceversa, el de derechas, descalifica a todo lo que se encuentre a su izquierda.
Se ve que en nuestro ADN hay un componente que nos obliga, una y otra vez, a resucitar la escena del cuadro 'Duelo con palos' de Francisco de Goya. Solo en la época de la ahora tan denostada Transición, parecía que habíamos logrado superar esa situación. La descalificación quedaba a un lado para intentar buscar acuerdos lo más amplios posible. El perdón predominaba para poder superar el rencor contra el otro. Esto permitió que el 25 de octubre de 1977 se firmaran los Pactos de La Moncloa, a instancias del Gobierno presidido por Adolfo Suárez, siendo Ministro de Economía Enrique Fuentes Quintana, muñidor de los acuerdos de carácter económico, en un momento en el que la inflación golpeaba el bolsillo de los españoles con un 26,39% de incremento. A dichos acuerdos se adhirieron los principales partidos con representación parlamentaria, UCD, PSOE, PCE, PSP, y los partidos nacionalistas. Manuel Fraga por AP, firmó el acuerdo económico, pero no el político. Asociaciones empresariales y CC.OO. se adhirieron desde el principio, no así UGT que lo hizo más tarde.
El mensaje que se dio a la ciudadanía es que había soluciones a los problemas y que se estaba en condiciones de aplicarlas. Han pasado poco más de 44 años, de nuevo estamos ante una situación económica difícil, con una inflación y un endeudamiento, que hacen imprescindible llegar a acuerdos de Estado. En lugar de analizar que podemos hacer entre todos, predomina la descalificación y el enfrentamiento con el contrario. Como dice un buen amigo mío, la ideología marxista se ha impuesto en España haciendo realidad lo de que «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar los remedios equivocados». Esto no lo dijo Carlos Marx, la frase es de Groucho.