Legumbres contra el cambio climático

SPC
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El proyecto LegSapiens, a través de ensayos de campo, demuestra que estos vegetales pueden ser un cultivo imprescindible en la mitigación de los efectos del cambio climático y la adaptación de la agricultura

Legumbres contra el cambio climático

La sequía y el calor extremo han vuelto a marcar el verano, en lo meteorológico y en lo agronómico. Son factores climáticos que, según todos los expertos, irán a más en los próximos años y a los que los agricultores deberán adaptarse para seguir produciendo alimentos. Uno de los cultivos que jugará un papel crucial será la legumbre. Esta es una de las conclusiones extraídas de los trabajos del Grupo Operativo LegSapiens, un proyecto con numerosos socios que coordina la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

Las condiciones climáticas que se han registrado en la última campaña, con numerosas olas de calor y con escasas precipitaciones en los últimos meses, son solo un ejemplo de lo que va a ocurrir en los próximos años, según los expertos. Por eso desde el GO LegSapiens aseguran que es «todavía más necesario» ampliar la rotación de cultivos, introduciendo aquellos que mejoran el suelo, como son las leguminosas, como medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.

LegSapiens acaba de concluir su segunda fase de ejecución, un periodo en el que se han realizado numerosos ensayos en campo y jornadas formativas y divulgativas así como entrevistas a distintos actores de la cadena de comercialización de las leguminosas. Las actividades se han centrado en la realización de trabajos de campo con el objetivo de evaluar el comportamiento de diferentes siembras como altramuces o titos, garbanzos, lentejas, alubias y soja, aplicando técnicas innovadoras como los cultivos de servicio y cultivos asociados.

Los ensayos de campo se han llevado a cabo en municipios de Lérida, Madrid, Zamora y Burgos. Por otra parte, los talleres, jornadas de campo y entrevistas realizadas con los distintos actores de la cadena de valor de las leguminosas, en las tres zonas de actuación del proyecto, han aportado «valiosa información» para superar los retos de estos cultivos.

En el caso de los ensayos con el cultivo de la soja, llevados a cabo por la Universidad de Lleida y Explotaciones Agrícolas San Miguel en el valle del Ebro, se están comparando tres sistemas de cultivo: uno basado en la soja como cosecha única (sembrada a principios de mayo), otro en la doble cosecha de soja tras trigo blando (sembrada a principios de julio) y un tercero con el trigo y la soja como cultivos asociados de relevo en el que se ha sembrado la soja sobre un cultivo de trigo en pleno desarrollo. La recolección de esta soja se llevará a cabo en las próximas semanas.

Igualmente se está evaluando el cultivo de soja en sistemas libres de herbicidas mediante el establecimiento del cultivo sobre cubiertas vegetales de invierno frente al cultivo tradicional de soja. También en este segundo periodo, en relación a la rotación de cultivos, se están analizando sistemas de doble cosecha, evaluando el cultivo de guisante/maíz como alternativa al cultivo más habitual de cereales (cebada/maíz).

Un cultivo de futuro. Las leguminosas son cultivos adaptados al clima mediterráneo y pueden responder ante la demanda creciente de proteína a nivel europeo. No obstante, la producción de leguminosas mediante técnicas de cultivo convencionales presenta numerosas limitaciones que están detrás de su declive en los últimos años.

Teniendo en cuenta las condiciones ambientales a las que se enfrentan los agricultores, desde LegSapiens recalcan que es conveniente favorecer la introducción de este tipo de cultivos en la rotación anual, tanto por el efecto beneficioso que ofrecen al suelo como por el óptimo aprovechamiento de insumos que llevan a cabo.