A su llegada, el tercer entrenador del CD Toledo en la presente temporada 2022/23 utilizó en su presentación la palabra 'coherencia'. Puede parecer una palabra sencilla, un sustantivo simple, pero lo cierto es que lleva detrás muchas implicaciones. Implicaciones que si, además las relacionas con el mundo del fútbol, la hacen casi imposible de alcanzar.
En física, la coherencia está relacionada con la cohesión, entendida esta como la unión entre moléculas. El CD Toledo tiene muchas moléculas que unir, que conectar, y con coherencia, aunque sea difícil, seguro que a la larga será más efectivo.
Dentro del espectro de lo deportivo, nos encontramos con muchas moléculas que conjugar. La primera, y para mí más importante, es la plantilla. Una plantilla en constante remodelación que hasta ahora ha sido incapaz de encontrar la estabilidad que le lleve a su mejor rendimiento. Coherencia en las posiciones, necesidades reales y en las prisas de la confección final.
Otra de esas moléculas es el cuerpo técnico, quien también adolece de la falta de estabilidad, algo necesario para que todo ser humano haga bien su trabajo. Coherencia en su formación e integrantes, en la paciencia de los procesos, en los tiempos y en la confianza en un trabajo que antes no hubo.
Finalmente, estas dos moléculas bien conectadas, deben desembocar en un equilibrio tan necesario como imprescindible: el del juego. Un juego cuya coherencia no está en hacerlo bonito, sino en la eficacia, en el seguir sumando jornada a jornada y mejorando sensaciones. Sensaciones que nacen desde una muralla defensiva que deja el marco a cero; y que pasan por una zona de creación que es capaz de compensar y conectar con una última zona de finalización ágil, dinámica, creativa y eficaz. Tres zonas coherentemente simbióticas.
Y por qué no, también coherencia en lo que gira alrededor de lo deportivo, en su directiva y sus decisiones, en su afición y  su aliento incombustible. Coherencia en las reacciones, vítores y sacudidas.
Coherencia, coherencia, coherencia. Qué difícil es tener coherencia. Pero con coherencia y positividad estoy seguro de que la cosa cambiará.