Compromiso de Page con el damasquinado toledano

J. Monroy
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El presidente responde positivamente a la petición de ayuda del maestro Mariano San Félix, para quien «la administración debe tirar del carro, porque esto se acaba»

Compromiso de Page con el damasquinado toledano

El damasquinado toledano es un «arte» que va a seguir existiendo. A ello se ha comprometido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, durante su visita a la muestra que Mariano San Félix tiene en el centro cultural San Marcos. El damasquinador fue muy claro al apuntar que «la administración debe tirar del carro, porque esto se acaba». Sin querer desvelar mucho de «un proyecto» que le ha contado al presidente, San Félix insistió en la necesidad de la ayuda de las administraciones. Recordó que «en los años 90 sacamos, por el empeño de la Diputación, buenos damasquinadores, aunque algunos se perdieron en el camino». Ahora, si no se repite esta ayuda «eso tiende a desaparecer». El propio San Félix ha puesto en marcha una fundación en defensa, investigación y desarrollo del damasquinado de Toledo con sus escasos medios «pero todo cuesta mucho dinero y mucho tiempo».

García-Page, que confesó la emoción que siente con el damasquinado, por influencia de su padre, mostró su objetivo de que «no aparezca este antes llamado oficio, para mí, algo más cerca al arte». A día de hoy, se lamentó, «parece que el damasquinado tiene que aguantar el ritmo que lleva la vida, un ritmo acelerado, con tiempo para casi nada, mientras que esto requiere de tiempo, tesón, errores, aciertos y tesón también de la administración».  A su juicio, por lo tanto, «los poderes públicos, en esto estamos de acuerdo todas las administraciones, tenemos que organizarnos para que haya continuidad, que la habrá, sin ningún tipo de duda». En ese sentido, agradeció también a San Félix, a su juicio uno de los mejores damasquinadores de la ciudad, que se haya procurado alumnos a los que dejar el camino señalado «porque en realidad nada suple la calidad de la enseñanza que se da día tras día».

Exposición en San Marcos. García-Page estudió detenidamente la muestra de San Félix en San Marcos, que está obteniendo un gran éxito, con grandes colas, por ejemplo, la Noche del Patrimonio. Se trata de un conjunto de obras, apuntó el autor, en su mayoría nuevas. Ya expuso en 2012 y en 2017. De aquella última solo quedan tres piezas, el resto son de nueva creación.

En ellas, apuntó San Félix, ha habido una evolución. En cada exposición hay temas nuevos; no es conservador, ni revolucionario, pero él sigue investigando y haciendo cosas nuevas, sin olvidar lo tradicional, que ha dado fama a Toledo, «pero hay que evolucionar». Hay obras, apunta, que otros damasquinadores desconocen cómo lo ha hecho. Él se calla, solo le cuenta sus secretos a sus discípulos, «para que puedan continuar, por si el maestro desaparece».

García-Page, que ha estado en varias de las exposiciones de San Félix, recordó el hecho de que cuando hace unos meses lo recibió el papa, uno de los regalos que lo entregó fue uno de sus damasquinados, por cuyo origen se interesó el sumo pontífice, impresionado.