Devuélveme a mi chica o te retorcerás entre polvos pica pica, le dice Iglesias a Sánchez por Yolanda Díaz. Pero todo no le puede salir bien. Los dos besos de Yolanda Díaz a Sánchez cogiéndole la cara con las dos manos dicen mucho más de lo que se puede interpretar de dos simples besos. Y es que Sánchez se las ha ligado a todas, y ya no hay quien le haga la competencia. Yolanda a sus pies, Irene vestida de pasionaria poniendo verde a los enemigos de Sánchez, Reyes a la alcaldía …, Sánchez no podría tener mejor guardia pretoriana que una pléyade de mujeres en el mundo del feminismo actual.
Cualquiera le pone un pero a Sánchez como está el patio, salvo uno: Rufián.
Rufián será lo que sea pero los tiene bien puestos. Es verdad que dice muchas estupideces, pero después de recibir su recompensa, la derogación de la insumisión como tal y el indulto a los del procés, ha tenido el valor y la honradez de decirle a la prensa que efectivamente, como todos sospechábamos, ha cambiado presupuestos por sedición. Se lo dice a la cara y lo publica el propio periódico El Mundo en la página 12 del domingo. «Tenemos que usar palancas de fuerza para que el PSOE se mueva», dice.
Si yo fuera Sánchez me sentiría traicionado porque algo, que era un secreto a voces, y que todo el mundo negaría como San Pedro antes de que cantase el gallo, me lo tirase a la cara un tipo que no se llama ni más ni menos que Rufián. Su apellido lo dice todo.
Las chicas le apoyan, pero Rufián le cambia sus votos por permitir que la próxima sedición no sea un delito del código penal. Si alguien vuelve a hacer lo que hicieron los catalanes en aquel octubre negro, el gobierno de la nación sea del PSOE, sea del PP, o de marte, no podrá decir ni pío.
El problema no es que la sedición no sea delito, el problema es que todos los actos que realice un gobierno regional contra la unidad de España y que no sean rebeliones armadas podrán ser realizadas impunemente. Podrán hacer un referéndum, podrán declarar la república catalana, la república vasca o la república de Vitigudino, podrán legislar contra las leyes del Estado,  y habrán dado un paso gigante a favor de la independencia.
¿Cómo es posible que un gobierno fuerte, que está ganando apoyos y popularidad, se deje vencer por un grupo político que no es ni siquiera mayoritario dentro de Cataluña?
Nadie puede entenderlo, y más que no haya habido ninguna reacción por parte del gobierno contra lo que hay dicho Rufián. Significa que estamos a merced del 1,3% de la población española.
Sí, sí: Rufián ha sacado poco más de 560.000 votos en las urnas en Cataluña, y sin embargo le dice lo que tiene que hacer a un presidente que dirige el destino de 46 millones de personas, y además tiene la caradura de decir públicamente que le tiene pillado por lo cataplines, y el otro ni mu.
Después de robarle su chica a Iglesias, que eso sí era una batalla dura, lo chulea un banderillero. Pitos.