El primer paso hacia una alianza histórica

Agencias
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El preacuerdo firmado por PSOE y Unidas Podemos abre la puerta a que se configure un Ejecutivo de coalición inédito a nivel nacional desde la restauración de la democracia en 1977

El primer paso hacia una alianza histórica - Foto: Paco Campos

Aunque los números siguen sin sumar una mayoría suficiente como para superar el trámite de la investidura, el PSOE y Unidas Podemos dieron ayer el primer paso para formar un Gobierno de coalición, una fórmula que nunca se había dado a nivel nacional desde la restauración de la democracia.

Menos de 48 horas después de conocerse el resultado electoral del pasado domingo, el líder socialista, Pedro Sánchez, y el del bloque morado, Pablo Iglesias, firmaron un preacuerdo para avanzar por esa vía, que ya tantearon sin éxito tras las elecciones de abril.

España se sumará así, en caso de salir adelante, a un modelo corriente en numerosos países europeos, donde las alianzas son habituales, y que hasta el momento, era práctica normalizada en Ejecutivos plurales en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Desde que Adolfo Suárez llegara a La Moncloa al frente de la UCD en 1977 en las primeras elecciones legislativas, se han sucedido los Gobiernos monocolores, tanto en etapas de mayoría absoluta, como en las de minoría.

Ha habido varias intentonas de conformar Gabinetes de coalición, si bien todas han caído en saco roto.

El socialista Felipe González fue el primero, en 1993, que planteó una propuesta seria para romper la tradición de los Ejecutivos en solitario tras perder la mayoría absoluta. Con 159 escaños, el PSOE se vio obligado a pactar con CiU y PNV para que su líder fuera investido por cuarta vez. González dio el paso de ofrecer a los entonces presidentes de CiU, Jordi Pujol, y del PNV, Xabier Arzalluz, la entrada en el Consejo de Ministros. Sin embargo, ni los nacionalistas catalanes, ni los vascos, aceptaron y se inclinaron por un acuerdo de legislatura.

En marzo de 1996, José María Aznar (PP) desbancó del poder a González, pero de nuevo sin mayoría absoluta -156 diputados-, por lo que se vio abocado a negociar con los nacionalistas. El conservador les trasladó su disposición a estudiar cualquier alianza, incluida una coalición, al asumir que el mensaje de las urnas era a favor de «la cultura del pacto y del diálogo». Al final, el presidente del PP optó por un acuerdo de legislatura con CiU, el llamado Pacto del Majestic, y Coalición Canaria y apoyos puntuales con el PNV.

La intentona más seria de sellar un Ejecutivo plural se fraguó en la campaña de 2000, en la que PSOE e IU fueron en tándem con sus respectivos líderes, Joaquín Almunia y Francisco Frutos. Sin embargo, la izquierda no solo fracasó en su proyecto, sino que Aznar ganó con mayoría absoluta.

A pesar de estar en minoría en sus dos mandatos, José Luis Rodríguez Zapatero optó por la «geometría variable» para sacar adelante acuerdos con la izquierda o los nacionalistas.

No sería hasta 2016 cuando volvió a ponerse sobre la mesa la opción de un Gobierno de coalición ante el escenario de bloqueo político. Con el PP en minoría, Mariano Rajoy ofreció a Sánchez, y también a Ciudadanos, una gran coalición a la alemana para evitar nuevos comicios. «Es lo único que es viable», sostuvo el conservador frente a la negativa rotunda del socialista, quien la consideró un «gran fraude» a los españoles.

Al contrario que en el plano nacional, los Gabinetes a dos o tripartitos han sido una fórmula que se ha dado con cierta frecuencia en las comunidades autónomas.

Ha sido el caso del País Vasco, donde el PNV gobernó varios años con el PSEO y más adelante con EA y EB, o en Cataluña, donde además del tripartito -PSC, ERC e ICV-, en los últimos mandatos se han aliado Junts per Catalunya y ERC. También ha habido Ejecutivos a varias bandas en la Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra o Andalucía.