El Plan del Tajo no ofrece «ningún cambio de modelo»

C. S. Jara
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Miguel Ángel Sánchez advierte que borrador que se lleva mañana al Consejo Nacional del Agua incumple las sentencias del Supremo sobre el caudal mínimo en Talavera y Toledo

El Plan del Tajo no ofrece «ningún cambio de modelo» - Foto: Manu Reino

Las esperanzas puestas en el nuevo Plan Hidrológico del Tajo podrían quedar totalmente defraudadas si, como advierten los expertos, no se cumple la obligación de fijar unos caudales mínimos suficientes. Una cuestión que afecta especialmente al tramo medio del río y, en particular, a las ciudades de Talavera y Toledo, que desde las diferentes sentencias del Tribunal Supremo de los últimos años habían quedado a expensas del nuevo ciclo de planificación hidrológica para alcanzar los caudales que el río necesita para tener vida a su paso por ambas ciudades. 

El nuevo Plan Hidrológico de cuenca debía fijar unos caudales mínimos suficientes, que aparecían en las diferentes versiones elaboradas hasta ahora. Sin embargo, esto no se refleja en el borrador definitivo de este plan, que se elevará mañana al Consejo Nacional del Agua, antes de pasar por el Consejo de Ministros para su aprobación.

Lo ha advertido la Cátedra del Tajo UCLM-Fundación Soliss y el experto y consultor en Medio Ambiente y Gestión del Agua, Miguel Ángel Sánchez, uno de los mayores conocedores del río Tajo en las últimas décadas.  «No hay ningún cambio de modelo para los próximos cinco o seis años», advierte Sánchez, preocupado porque, muy al contrario, «se van a reforzar los informes que se habían hecho sobre las buenas condiciones del río». Los informes oficiales podrían recoger, en este caso, lo que a simple vista queda descartado: que el cauce goza de buena salud a su paso por las dos grandes ciudades de la provincia y que se puede prescindir por ello de respetar un caudal mínimo.

Si los documentos anteriores recogían caudales que se consideraban insuficientes, pero que eran al menos un avance sobre la situación actual, los cambios introducidos a última hora dan un giro radical en perjuicio de las aspiraciones de Talavera. 

Por una parte, se amplía el número de masas de agua con una implantación de caudales mínimos escalonada. En la práctica, esto afectaría al río entre los embalses de Bolarque y Valdecañas, con una implantación de los caudales ecológicos en tres tramos: hasta el 31 diciembre de 2025, hasta el 31 de diciembre de 2026 y a partir de 1 de enero de 2027. Además, se introduce la salvedad de que los dos últimos tramos no se aplicarían si al cierre de 2025 se considera que se ha alcanzado un buen estado del cauce. Los objetivos iniciales e incluso los contemplados en el propio Plan se quedarían, de esta forma, en papel mojado, puesto que el incremento previsto a dos años vista apenas suponen diferencia alguna con los caudales actuales.

«Si en 2025 se consigue ese teórico buen estado de las masas de agua, no hace falta cumplir los caudales ecológicos. Se hace la trampa y no pasará nada si se incumplen los caudales», ha explicado a La Tribuna Migue Ángel Sánchez. A este año la regulación en la cabecera del Tajo, que no se tocará, al igual que seguirá funcionando el trasvase Tajo-Segura, principal amenaza para las ciudades y pueblos ribereños. 

«Es un plan totalmente político que va al Consejo Nacional de Agua y posiblemente ya se aprobará», teme el experto en gestión del agua, que se queda del incumplimiento de las sentencias del Tribunal Supremo y de «dejación de funciones» por parte de Castilla-La Mancha a la hora de negociar el documento. «Nos vuelven a cambiar los cromos y en vez de conseguir un cambio de modelo, al contrario, se van a reforzar los informes que ya había sobre las buenas condiciones del río», avisa.