«La novela es un grito de la pérdida de un padre por covid»

M.G
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El escritor toledano Fernando Novalbos publica 'El niño que soñaba con dar un abrazo a su padre', una novela corta de la mano de Europa Ediciones que relata la relación paternofilial del autor y la pérdida del progenitor a causa del coronavirus

«La novela es un grito de la pérdida de un padre por covid»

El amor entre un hijo y su padre no se queda en un emotivo relato, traspasa las páginas de la nueva novela del toledano Fernando Novalbos, de Europa Ediciones, y se funde en un abrazo tan reconfortante como desgarrador por la muerte del progenitor en un momento convulso por el avance de la pandemia y la lucha por superar un nuevo virus que descoloca a la familia. La novela es luz, pero también encarna esa parte de la vida menos feliz y amable también presente en determinados momentos. Los sueños, la añoranza y los recuerdos se entrelazan e hilvanan una novela corta de 72 páginas que engancha, emociona, sorprende y se desnuda para que cada lector la sienta como lo necesite.

El escritor regresa al panorama literario de la mano de este relato vital que suma a una larga trayectoria como autor de obras teatrales, poesías, cuentos, y narrativa. Cuenta con el Premio Internacional ‘El eslabón en la cadena de la paz’, y ha tenido de la oportunidad de participar con su relato ‘David vencedor de Goliat’ en el libro del Museo del Prado por su dos siglos de actividad.

Acaba de publicar ‘El niño que soñaba con dar un abrazo a su padre’. ¿Contento con el resultado y con volver al mercado editorial?

Sí, estoy contento porque se trata de una buena editorial que ha apostado por mí y Europa Ediciones va a realizar una buena campaña de difusión y la novela estará en muchos puntos de España. Se trata de una obra corta de 75 años y a la editorial lo que más le interesó es la forma en la que está escrita. A través de instantes de luz voy recordando lo que fue la vida del niño protagonista hasta su edad adulta y tiene la mala suerte de que su padre muere de covid y no puede despedirle.

Es valiente tratar en plena pandemia de este virus este tema tan delicado que está afectando a tanta gente desde hace meses. Además, es muy novedoso en el ámbito literario ahora mismo.

Trato ese trauma paternofilial que queda después de sufrir una pérdida de esta manera y con esta naturaleza que la vida te hace respirar y que, en un momento determinado, te corta las alas. Puede ser arriesgado y no sé si habrá más novelas ni más libros que basen su historia en ello. Al margen de ser o no valiente, ha terminado desembocando en una alegría y en la satisfacción de haberlo escrito.

Las dificultades del mercado editorial se asoman desde hace años, así que publicar una novela en medio de una crisis económica como la actual también es un logro, ¿no?

Sí, claro. Remití la novela a diez o doce editoriales y todas me escribieron interesándose, así que problemas de editorial no tengo. En Europa Ediciones me llamó Giorgia Grasso, una gran entendida de literatura. Nadie me había desmenuzado la novela de una manera tan sencilla, coincidía en todo conmigo y pensé que se había leído la novela a fondo. Es un grito silencioso y desgarrador  de la pérdida y de ser privado de acompañar en esos momentos a un padre.

El hecho de que la novela se base en un texto dramático, ¿puede alejar o acercar más a los lectores?

No es una novela realmente dura, pero habla del otro lado de la realidad. No solo tenemos la oportunidad de ser felices y de sonreír todo el día, también hay otra parte que hay que aceptar. Tampoco es una historia retorcida que acabe en un laberinto de tinieblas. La única tiniebla es no poder acercarte a dar un beso a esa persona que fallece.

¿El tema del coronavirus transciende la problemática familiar y se adentra también en la gestión de la pandemia y en otras perspectivas sobre la enfermedad?

No. No es un libro ni políticamente correcto ni incorrecto. Mi literatura nunca ha tratado la política desde un punto de vista concreto. La única pequeña crítica de la pandemia que hago es el bombardeo que se produjo de falsas noticias porque me pareció lamentable y  hablo de cualquier partido político. Es algo terriblemente oscuro y no sé cómo en pleno siglo XXI podemos estar en este punto.

La construcción de los personajes en una historia tan intimista es compleja ¿Cómo lo ha abordado?

El libro es muy fácil de fraguar. Lleva pensando en ello muchos años y entonces lo titulé ‘El cruce’, pero no tenía un argumento claro más allá de ese sentimiento de cruce de carreteras. Al final, surgió de la manera más fácil, sentado en una mesa y mirando a mi hija después de haber pasado una tarde estupenda en una librería. La novela la escribí en 45 días, en marzo y abril, durante el confinamiento. Tuve todo el tiempo del mundo para dedicarme en cuerpo y alma porque quería terminarla antes de que mi padre falleciera, pero no tuve tiempo y murió antes. Fue muy interesante escribirla en primera persona y basarla en la realidad.

Es autobiográfica, imagino. ¿Te ha servido de terapia?

Sí, al 99%. No es ficción, es realidad.  Cuando escribo lo hago con mucha intensidad y acabé psicológicamente cansado porque fueron muchas horas, 15 o 16 horas diarias durante mes y medio.  En la novela aparecen buena parte de la familia, pero sobre todo, mi hija, que me inspiró. La historia empieza a través de un ejercicio literario que me pide para ayudarla y ahí  nace la inspiración que necesitaba para iniciarla.

¿Es más complejo escribir una novela corta o larga?

Mis textos suelen ser largos tanto en poesía como en las disciplinas que maneje y no sabía que era realmente tan difícil escribir una novela corta y expresar algo tan grande como la vida de un abrazo en un espacio tan corto.

Al margen de la novela también estás intentando poner en marcha el proyecto teatral ‘El ángel del duende’. ¿Cómo van los preparativos?

Empecé a ensayarlo este verano, pero se fue retirando la posibilidad por  las restricciones y medidas. Fue una pequeña pesadilla que espero que pase. ‘El ángel del duende’ es muy parecido al tratamiento de la novela pero en teatro. Utilizo fases de la vida de Lorca para crear un texto teatral en e l que aparece como protagonista el ángel del duende, que quedó vivo cuando a él lo fusilaron. Lo que busca ese ángel es enterrarse junto al duende.

¿Para cuándo una nueva novela?

Ya la tengo escrita, pero sigo trabajando en ella aunque tiene el letrero fin. Está inspirada en la librería Shakesperare & Co, en París, que en su época fue la mejor del mundo y la primera que decidió publicar ‘Ulises’ de James Joyce. De momento, no tengo prisa y estoy trabajando en otra novela que se titula ‘El libro abandonado’. Me gusta que los proyectos reposen en el cajón un tiempo.