La Fiscalía pide la absolución por el envenenamiento de aves

J.M.
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La acusación particular mantiene los dos años y medio de prisión para el único acusado, que considera que «esto no tiene ni pies ni cabeza»

El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Toledo. - Foto: Yolanda Lancha

Agentes medioambientales de la Junta y de la Guardia Civil desfilaron ayer por la sala 18 del Juzgado de lo Penal número 1 de Toledo para pormenorizar una intervención ocurrida hace 11 años. No fue una cualquiera, sino el caso de envenenamiento de rapaces más grave ocurrido en la provincia. La Fiscalía pidió la absolución para Israel, el único acusado porque considera que ninguna de las pruebas arruina la presunción de inocencia.

Así lo destacó la fiscal en un juicio de tres horas de duración. La representante del ministerio público considera acreditado el envenenamiento, pero no que el acusado fuera responsable directo del coto de caza. En este sentido, recalcó que no hay documento que certifique el vínculo en el momento de los hechos, en agosto de 2011, con el terreno localizado en el término de Gerindote.

De esta manera, la fiscal orilló por «rumorología», que los agentes medioambientales identificaran al procesado como el encargado del coto ni que el titular del coto, ya fallecido, reconociera en su día un contrato verbal con el acusado.

Por su parte, la acusación particular, que representa a WWF, SEO/Birdlife y Ecologistas en Acción, solicita dos años y medio de prisión por un concurso medial entre la colocación de cebos y la muerte de las aves, especialmente por el milano real, en peligro de extinción. En total, encontraron 60 ejemplares muertos, entre ellas un águila imperial, que está también protegida.

La abogada de la acusación particular considera acreditado el envenenamiento, que durante la sesión, la Guardia Civil apuntaba a que se encontraba en un conejo utilizado como cebo y cercano al lugar de aparición de las aves muertas. Y descarta que se pudiera deber a un intoxicación por un arroyo cercano. Los aves envenenadas, que murieron días antes de la temporada de la media veda, tenían presencia de carbofurano, un pesticida prohibido desde 2007.

Por su parte, la defensa pide la libre absolución del acusado por falta de pruebas y la condena en costas para la acusación particular. En caso de condena, reclama dilaciones indebidas. Además, puso en duda que se cumpliera la cadena de custodia de las muestras. Y advirtió, como indicó un perito aportado por esta parte, que el 43 por ciento de las aves muertas aparecieron fuera del coto.

El origen de este caso se debió a que un agente medioambiental halló entre los términos de Rielves y Barcience un milano negro muerto. La búsqueda condujo al personal hasta el coto de Gerindote, una propiedad abierta al paso donde encontraron diferentes rapaces muertas. La muerte por la ingesta de los tóxicos puede producirse en minutos o una hora.

«Esto no tiene ni pies ni cabeza»

Israel se desvinculó ayer en declaraciones a los medios previas al juicio del coto de caza de Gerindote e indicó que se dedica a la construcción desde hace unos 20 años. «No soy guarda del coto ni tengo nada que ver con el coto», sostuvo. Ya en el juicio en la sala 18 de los Juzgados de Mendigorría, apuntó que en el mes de agosto de 2011 no era ni el arrendatario ni el titular del coto. Al respecto, negó a preguntas de su letrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Toledo, que colocara veneno.

El acusado señaló a los medios que trabajaba en el coto en el año 1999, pero desde entonces no mantenía un vínculo. «Esto no tiene ni pies ni cabeza», consideró el procesado, cuyo padre y también el titular del coto, ambos ya fallecidos, estuvieron también implicados en la causa.

«Aparecen los animales en cinco cotos. Los forestales y los agentes del Seprona no ponen las coordenadas, quien saca las coordenadas es el titular del coto», manifestó que el trabajó en el coto hasta 1999, 12 años antes de la aparición de las aves.

Israel, que añadió que lo avisaron meses después de que estaba siendo investigado y que se tenía que presentar en el juzgado, detalló a los medios que no ha tenido nunca permiso de armas ni licencia de caza. «A mí la caza ni fu ni fa», apuntó y añadió que en el procedimiento nada apunta a que lo vieran «hacer algo».

«Esto es una mafia de los ecologistas y toda esta gente y, por presiones, se ha abierto el juicio. Esto no tiene ni pies ni cabeza», aseveró a los medios el acusado, quien indicó que la Fiscalía pedía ya en 2015 el archivo de la causa por el envenenamiento.