Punto con sabor dulce el que cosechó el Illescas en su visita a Villarrubia de los Ojos. El conjunto illescano planteó un partido muy serio en tareas defensivas, en el que apenas propuso en ataque. Molina puso el marcador a favorable al borde del descanso, pero el equipo local consiguió empatar por insistencia en el segundo tiempo. En el tramo final, los pupilos sagreños sufrieron para mantener el botín debido a la expulsión de Camacho.

Fue un duelo muy complicado el que tuvo que afrontar el Illescas desde el pitido inicial. Los primeros minutos fueron de tanteo en el equipo toledano, que protagonizó la primera ocasión con un remate de Molina que se marchó ligeramente alto. La dinámica se decantó en favor del Villarrubia a partir del primer cuarto de hora.

El equipo blanquiazul trató de tener más la pelota y romper la férrea defensa del Illescas a través de buenas combinaciones que culminaron en varios remates de Adri González sobre la portería de Santomé. Esa seguridad de su portero la transmitió la zaga de cinco hombres, que al final encontró premio poco antes del descanso. Molina adelantó al cuadro visitante al aprovechar un balón en profundidad que remató mordido y entró en la portería tras tocar en un defensa. El conjunto villarrubiero perdonó el empate en un cabezazo desviado de Gasco.

Por delante quedaba toda una segunda parte en la que mantener la portería a cero para sumar los tres puntos. Aunque le costó generar disparos a portería, sí tuvieron facilidad para poner balones muy peligrosos que se pasearon por el área pequeña sin encontrar rematador. Por insistencia terminó llegando la igualada. Vera firmó el 1-1 del conjunto anfitrión con un zurdazo desde la frontal tras un balón rechazado.

Algo más de veinte minutos tuvo el Villarrubia para volcarse en busca del gol que confirmase la remontada. El Illescas se atrincheró aún más en defensa, dando por bueno el empate ante un rival directo en la lucha por entrar en la promoción de ascenso. Las cosas se complicaron con la expulsión tardía de Camacho, que entró desde el banquillo, por doble amonestación. La diferencia numérica apenas cambió el encuentro en los pocos minutos que restaban y el 1-1 se consolidó como resultado definitivo.