Las Zonas de Bajas Emisiones se han convertido en protagonistas a finales y principios de año a raíz del real decreto que aprobó el Congreso el martes pasado, para dar forma legal a distintas medidas encaminadas a la sostenibilidad, a minimizar la contaminación y preservar el medio ambiente. 

El real decreto ha tardado bastante tiempo, puesto que en principio, el Gobierno tenía en mente que a los ayuntamientos les bastaría acogerse a las directrices de la Ley del Cambio Climático y Transición Energética, pero lo cierto es que la confusión, las dudas, las posibles lagunas y las distintas interpretaciones han llevado al Ejecutivo a blindar las medidas para que los municipios de más de 55.000 habitantes pongan en marcha distintas iniciativas, incluidos planes de movilidad, para reducir las emisiones, fomentar el transporte colectivo, el uso de vehículos menos contaminantes y restricciones de tráfico que ayuden a ir cumpliendo las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la calidad del aire.

En este caso, Toledo, al contar con una población que supera los 85.000 habitantes, está obligada a poner en marcha en breve las Zonas de Bajas Emisiones, como los 148 municipios españoles que también deben cumplir con todos estos requisitos. 

En principio, únicamente unos pocos ayuntamientos, se calcula que un 13% de las ciudades afectadas, pueden asumir las directrices de la ley de inmediato, ya que muchos de los municipios han solicitado una moratoria, algunos amparándose en la falta de decreto. Si bien, Toledo se encuentra «en disposición» de cumplir con el decreto, según explica la concejala de Obras, Agenda Urbana y Transición Ecológica, y no ve necesario pedir una moratoria para retrasar la aplicación del proyecto.

En estos momentos, el Ayuntamiento está intentando acelerar todo lo posible para implantar algunas de las medidas, como la instalación de una estación de mediciones en Safont que permitirá controlar las mediciones del Casco, la zona más sensible, y alrededores, a fin de tener y a raya los niveles de partículas contaminantes. En este caso, De la Cruz subraya que Toledo no es una ciudad con problemas de contaminación y de mala calidad del aire, pero aún así la administración municipal tiene que vigilar y tener listas medidas por si ocurriera. 

Por tanto, desde el equipo de Gobierno no se barajan nuevas restricciones de tráfico como se practican en 'Madrid Central' desde hace tiempo, ya que quedarían reservadas en caso de importante contaminación y de niveles de partículas superiores a los permitidos. 

Asimismo, el proyecto también incluirá una serie de mejoras en la sala de control de tráfico Juanelo Turriano, y otras medidas ligadas  a la movilidad. Para ello, el Ayuntamiento de Toledo, junto al de Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara, firmó el viernes un acuerdo con el Gobierno regional para la puesta en marcha de los convenios para la Estrategia de Movilidad Urbana Sostenible que se financiará a través de fondos europeos.

Toledo quiere, según dio a entender el consejero de Fomento, Nacho Hernando, «digitalizar el Casco Histórico» y apostar por las nuevas tecnologías en la aplicación de un plan de movilidad urbana sostenible y de otras iniciativas de control semafórico y videovigilancia avanzadas.

La estación meteorológica. Toledo necesita esta infraestructura para poder gestionar directamente la información sin necesidad de solicitarla o canalizarla a través de las mediciones de la Junta en la estación del Crucero. El proyecto, que dispondrá de una subvención de 100.000 euros de fondos europeos que se aportará a través de la Junta. Por tanto, se quieren ir licitando las actuaciones lo antes posible para cumplir con la ley y avanzar hacia una ciudad «más respetuosa y sostenible».