m.g./ toledo

«En la arqueología requiere de mucho rigor y mucha paciencia para investigar». Lo comentó recientemente el arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022. Y se podría añadir sin errar, que también se necesita una buena inversión para avanzar y musealizar los hallazgos, como ocurre en Vega Baja, donde nadie puede poner en duda su valioso yacimiento, la mayor parte de restos visigodos, que ha permanecido estancado y olvidado durante demasiados años.

Si bien, este primer conjunto de actuaciones al amparo del convenio incluye la recuperación y tratamiento de los muros y recintos del yacimiento en las zonas excavadas situadas a ambos lados del Paseo de las Moreras, con el objetivo de mantenerlas, limpiarlas y consolidarlas antes de abrirlas al conocimiento y al público.

En estas primeras intervenciones en esa zona elegida de más de 28.000 metros cuadrados, está previsto actuar en los cimientos existentes y al mismo tiempo «en la huella de los que no existan» reconstruyendo «con un hormigón de cal coloreado» para recrear la huella completa «de las edificaciones que conformaban esta parte del poblado».

Según se desgrana en el pliego de condiciones del contrato de obras, el interior de los recintos se rellenará de grava de distintos colores para diferenciar los espacios públicos -plazas, calles o albercas- de los privativos, y se matizarán los cubiertos de patios y porches.

Asimismo, está previsto, a modo de seguridad y de protección, realizar una franja de protección  de grava puzolánica en torno a las ruinas que facilite «la visualización de los restos y su acceso controlado».

Por otra parte, toda la zona de adecuación de restos se limitará  con un vallado de rejería de acero, mientras que en las sendas y el carril bici se recuperará el vallado de malla simple.

Estos primeros trabajos en Vega Baja sufrirán una modificación en relación a la propuesta de recuperación de restos. En concreto, se han caído de esta primera intervención dos zonas de restos al sur del Paseo de las Moreras, un cambio sin más porque «se puede incorporar en una fase posterior junto a la zona anexa que los unifique». Con este cambio se huye de la realización de islas cerradas de actuación, pero también  obedece al encarecimiento de previos que obligaría a elevar el presupuesto por encima de lo previsto si se continuara con los planes iniciales.