Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


«Los molinitos de Criptana andan y andan»

07/07/2021

Releo la Ruta de don Quijote de Azorín, me paro con más detalle en los dos capítulos que habla de los molinos de Campo de Criptana: ‘Los molinos de viento’ y ‘Los Sanchos de Criptana’. Es sin duda, el pasaje más conocido universalmente del Quijote, la aventura de los molinos de viento que Cervantes recrea en el capítulo VIII de la primera parte del libro: «En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo». La iconografía retrata el episodio una y otra vez, es el pasaje del Quijote más veces pintado.
Pero Cervantes no dice el sitio concreto del episodio. Tradicionalmente se ha asociado a Campo de Criptana, no tanto por la palabra ‘campo’ con que don Miguel localiza el sitio sin nombrarlo, más bien porque en Campo de Criptana es donde más número de molinos de viento ha habido en toda La Mancha en tiempos de Cervantes si nos ceñimos a las fuentes históricas.
En las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1575 se dice que: «hay en la Sierra junto a la villa (de Campo de Criptana) muchos molinos de viento». En el siglo XVIII el catastro del marqués de Ensenada señala que había 34.
Otros lugares que también se han ‘apuntado’ a ser el lugar de los hechos tienen el hándicap de contar con menos números de artilugios. En Consuegra la mayoría de los molinos que coronaban el cerro Calderico fueron construidos en la primera mitad del siglo XIX, Pascual Madoz señala un total de diez molinos harineros en 1847, en el siglo XVIII al parecer existirían dos molinos y solo uno de ellos sería  del siglo XVI. En La Sierra de Mota del Cuervo se construirían los primeros molinos en el siglo XVI, en 1603 se documenta su existencia en una visita de la Orden de Santiago a la villa y en el Catastro de Ensenada, 1752, se registran los nombres de los dueños de los «15 molinos de viento harineros sitos en la loma y rivera (sic) de esta villa». Los del Cerro de San Antón de Alcázar de San Juan aparecen referidos también en el Catastro de Ensenada y señala que solo hay «dos molinos de viento distantes un tiro de bala, en el camino de Campo de Criptana. Lo mismo que ocurre en Tembleque. Por tanto, Campo de Criptana se lleva la palma y sus molinitos son los que andan y andan».