La rocambolesca rescisión de Jon Domínguez

J. M. Loeches
-

El lateral derecho todavía no ha cerrado su etapa con el CD Toledo, y el próximo lunes tiene un acto de conciliación en el que se espera solucionar su contrato, ya que se le pagó más de lo pactado en un principio

La rocambolesca rescisión de Jon Domínguez - Foto: David Pérez

Casi un mes después de comunicarle que no se contaba con él, y trece días después de anunciar en las redes sociales su rescisión, la realidad es que Jon Domínguez sigue siendo jugador del CD Toledo. Su ficha se mantiene vigente en la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha, y lo hará, al menos, hasta el próximo lunes 21 de noviembre, cuando ambas partes están citadas en la avenida de Francia de la capital para el acto de conciliación que ponga fin a la relación.

El lateral derecho es el primero que tiene ganas de que todo termine porque le ha acabado afectando en el ánimo. «No puedo entrenarme con el Toledo ni con ningún equipo, y ahora mismo es una época muy mala para encontrar un destino», reconoce el jugador, que sigue dando vueltas a los motivos que provocaron su salida.

Tiene claro que fue «el cambio de entrenador». Porque Jon Domínguez tuvo oportunidades con el anterior técnico, Aitor Gómez, aunque todo se torció tras el aterrizaje de Manolo Alfaro. «No sé por qué no me dio ninguna explicación, cuando me sacó en la segunda parte contra el Talavera B y marqué el gol de la victoria», añade el defensor, que lo que recibió fue un escrito en el que se alegaba bajo rendimiento para esgrimir su despido.

Sin embargo, la historia no termina en este capítulo, porque el del salario también ha traído cola, y ayudó a que la salida se enquistara. Jon Domínguez llegó al CD Toledo por una cantidad «muy baja», como él mismo reconoce, en lo que consideraba «una apuesta personal en un club importante; además, dejando de lado un poco los estudios». Sin embargo, su sorpresa llegó cuando, al comprobar su primera nómina, se le había abonado como una quinta parte más de lo plasmado en el contrato.

Lógicamente, el jugador lo comunicó inmediatamente, pero el error se siguió cometiendo en las siguientes dos nóminas. A la hora de negociar su salida, se le pidió el dinero que no le pertenecía, a pesar de que el jugador también reclamaba una parte como indemnización. El caso es que por ahí puede residir la solución a un rocambolesco finiquito que se ha dilatado más de lo debido y esperado.

Por otro lado, Jon Domínguez también se queja del trato recibido por el actual preparador, Manolo Alfaro, quien ,según su declaración, nunca llegó a dirigirse a él. «Solo me dijo, después de ganar al Talavera B: 'Enhorabuena por el gol'», cuenta el jugador. El lateral está muy molesto porque la percepción del resto del club es completamente opuesta: «No ha estado en ningún equipo que trabaje de manera tan profesional».

Alfaro ni siquiera fue quien comunicó su salida al futbolista sino que «puso los nombres de los cuatro en una pizarra, en la que ponía que fuéramos a hablar con el secretario técnico». Inmediatamente, puso su situación en manos de un abonado de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), que le recomendó presentarse a los entrenamientos. De todos modos, no le dejaron. Tuvo que mediar el propio José María Rivas, aduciendo «posibles problemas con el entrenador». No se le dejó entrar al campo, y se le ofreció trabajar en el gimnasio. El defensa acudió tres días, pero dejó de hacerlo porque «no tenía mucho sentido desplazarme desde Madrid para nada».