Desde un castillo italiano

Charo Barrios
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El escritor burgalés Ilia Galán publica 'Laguna sembrada de estrellas', ambientada en La Toscana, una región que adora

Desde un castillo italiano

La Toscana se ha convertido en un mito, con famosas películas sobre sus ciudades, pueblos y paisajes encantadores, pero parece ser realidad especialmente para los amantes de las artes. ¿Qué tienen aquellas tierras para concentrar a tantos personajes? «Ya desde el siglo XVIII venían aristócratas y acomodados viajeros de toda Europa para hacer el Grand Tour y aprender por el camino. Ahora son los turistas y, con la gastronomía, las artes, también las amistades. Es uno de los lugares más bellos del mundo y sus gentes son maravillosas», comenta el escritor Ilia Galán, que publica Laguna sembrada de estrellas y edita Artes escritas en Toscana.

«Ahora, seguimos los pasos de Goethe, Chateaubriand, Lamartine, Keats, los Shelley, Byron, Nietzsche, pero también los de Cervantes, Lope, Moratín...», señala Ilia Galán, con un libro en la mano, Artes escritas en Toscana, (Sapere Aude). Se trata de un texto que reúne diarios, narraciones, poemas, fotografías de varios autores que le acompañaron reuniéndose en su casa de Prata, o en sus salones del castillo longobardo de Tatti, del siglo XI, con vistas al mar Tirreno, frente a las islas de Córcega y Elba.

En sus playas de arena dorada, los pinos llegan a la orilla como recordando al paraíso. Entre los firmantes aparecen Jesús Urceloy, Pedro Lecanda, Pilar Sánchez Benítez, Martina Busonero y el poeta, escritor y filósofo burgalés, colaborador habitual en los periódicos del Grupo Promecal, titular de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad Carlos III de Madrid y, en la actualidad, profesor visitante en la Universidad de Oxford. Este intelectual ha recorrido, entre otros centros, Harvard, La Sorbona, Goethe Universität en Frankfurt, New York University, Salerno y Perugia, donde enseña habitualmente y donde ha publicado varios libros.

En las regiones italianas de Umbría o Toscana es donde suele reunirse en primavera y verano con cenáculos de algunos célebres personajes del mundo del pensamiento y de las artes, entre ellos, el pensador Giuseppe Genna, la antropóloga Alessandra Ciatini, el crítico de arte Gustavo Cuccini, pintores como Verena da Nève, escritores como Juan Manuel de Prada y fotógrafos como Ornella Busti.

Vivir en aquellas tierras cercanas a San Giminiano, Volterra, Siena, Pisa o Florencia rejuvenece. Al menos eso es lo que asegura este pensador que tiene mucho de verso libre.

«Renacemos con aquel Renacimiento espléndido, entre colinas frondosas de bosques, entre olivares, cipreses y trigales en los valles. Ahí coincide la belleza, en paisajes de arte y naturaleza, con gentes amables y alegres. Unos días combinamos lecturas, paseos y encuentros en el castillo, otros vamos de excursión o a ver maravillas arquitectónicas o artísticas, otros a playas paradisíacas... Y por la noche, fiestas».

Se diría que viven una película, pero parece que así trabajan luego mejor, ¿es eso posible? «De hecho, un director de cine, Fernando Merinero, quiere filmarnos y hacer ahí una película, así como el realizador italiano Marco Cerbella. ¿Trabajar? Sí, pero sin ocio no hay arte, conviene vivir con un espíritu libre. Por eso, como en el amor, sale mejor todo si no hay agobio con el tiempo o por necesitar hacer algo magnífico en un momento obligado», confiesa.

 

Sin presión 

Así, a su juicio, sale espontáneo, sin presión. «Hemos hecho recitales poéticos tanto en Prata o en Tatti, donde se ha llenado la plaza del pueblo, con velas, ¡y en tiempos de pandemia! Además de en Perugia, Acquasparta, con la música de otro compositor asiduo en la zona, Josué Bonnín de Góngora, con guitarristas y cantantes italianos. Fotografía, pintura, artes, surgen de modo espontáneo en esos lugares, como la poesía, que brota sola en esos ambientes», relata el burgalés.

Ilia Galán es autor prolífico, también en poesía. Ha publicado los poemarios Tempestad, amanece, 1991, Arderá el hielo, 2002, Amanece, 2005; Ars Sacra, 2011; Transgótico fulgor, 2015, La cruz dorada, 2017, Y sembré estrellas en oriente, 2019; Reconstruir Babel, 2019; Más allá de las ruinas, 2019 (Premio Internacional José Zorrilla 2019) y Palacios olvidados, castillos solitarios, 2020. Su obra ha sido editada en varias lenguas; la última en aparecer es Laguna sembrada de estrellas, (Ars Poetica), un libro de pequeño formato, que cabe en el bolsillo. ¿Lagunas?

«Más bien estrellas sobre el agua, pues navegamos en la vida. Se trata de poemas brevísimos, tipo haikú, ideales para llevar consigo y leer en momentos sueltos o para regalar, es una joyita editorial, editada con encanto. Cerca del castillo de Tatti hay una laguna que decían reposa sobre un cráter, es un manantial gigante que emerge como un sueño. Así son los versos, que hablan de todo lo nuestro, y del cielo», comenta desde Oxford este poeta.

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