«Lideramos un Consorcio de Universidades Europeas»

C.M
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El equipo de Miguel Ángel Collado, tras un proceso de trabajo desarrollado en el último año, presenta el 26 de febrero (en la segunda convocatoria) un proyecto de Consorcio liderado por la Universidad de Castilla-La Mancha

«Lideramos un Consorcio de Universidades Europeas» - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

El presidente francés Enmanuel Macron ofreció un discurso en La Sorbona, en septiembre de 2017, en el que apostó por una Europa «más soberana, más unida y más democrática» con el fin de aumentar notablemente la dosis de integración de los países europeos a través de todos los mecanismos posibles. En torno a este propósito, nació la idea de crear Consorcios de Universidades Europeas llamados a posibilitar, apuntó el presidente francés, que «en 2024 la mitad de los estudiantes hay pasado al menos seis meses en otro país europeo antes de cumplir 25 años».

Esta atractiva iniciativa cautivó al equipo de Miguel Ángel Collado que, tras un proceso de trabajo desarrollado en el último año, presenta el 26 de febrero (en la segunda convocatoria) un proyecto de Consorcio liderado por la Universidad de Castilla-La Mancha y conformado por la alianza con una universidad sueca, una francesa, una italiana, una alemana, una polaca y una española. Fátima Guadamillas coordina esta apuesta desarrollada para poder formar parte de una idea que invita a las universidades implicadas a «funcionar como una sola».

¿Qué posibilidades ofrece este sistema consorciado?

Este proyecto europeo, nacido del discurso del presidente Macron, recoge distintos aspectos en los que hay que trabajar para hacer más Europa. Consiste en que varias universidades de países europeos trabajen en Consorcio como una sola universidad; esto implica que puedan otorgar un título conjunto, no como ahora que, con el con el sistema de Bolonia, se oferta un título que tiene validez en otro país europeo. En este caso, el título debe ser intrínsecamente europeo, debe haber un reconocimiento automático. Además es una fórmula para que el estudiante, dentro de ese Consorcio, pueda escoger cada año universidad y país en función de sus intereses formativos y profesionales.

En este sentido, es para todos los ámbito de la Universidad, para estudiantes, profesores, investigadores, personal de administración y servicios, y por ello, repercutirá en la sociedad en general.

¿Por qué han esperado a presentar su Consorcio en esta segunda convocatoria?

Nos presentamos en esta segunda convocatoria el 26 de febrero. No nos presentamos a la primera convocatoria porque necesitábamos realizar la alianza y desarrollar el trabajo. Llevamos preparando este proyecto todo el año con nuestros socios. Empezamos en enero de 2019 y hemos realizado el acuerdo con una universidad sueca, una francesa, una italiana, una alemana, una polaca y una española, con lo que el equilibrio geográfico está garantizado.

Y puesto que, tal y como estimó el presidente francés, en  2024 la mitad de los estudiantes debe haber pasado al menos seis meses en otro país europeo antes de cumplir 25 años, estamos solicitando todo el apoyo, integrando a los ayuntamientos donde tenemos implantación -Toledo, Ciudad Real, Cuenca, Albacete, Almadén y Talavera-, a la Federación de Empresarios, por supuesto a la Consejería de Educación, y a empresas importantes de la región que nos están dando su aval y apoyo para desarrollar este proyecto.

¿Con qué plazos cuentan y cómo es el procedimiento requerido?

Tendríamos tres años, si lo conseguimos, para desarrollarlo. Lo que pide la Comisión Europea es que en esos tres años diseñemos el armazón de cómo vamos a trabajar para dar un título conjunto, para compartir recursos de investigación, para fomentar la empleabilidad dentro de los países de la Unión, todo ello integrando un objetivo primordial, el impulso de los valores europeos. Europa ha pasado por el Brexit y por otras tensiones, por lo que se pretende no sólo mejorar en los aspectos de docencia e investigación, también en aspectos vinculados a todos los valores de esta Unión, entre ellos los relativos a convivencia, inclusión o  igualdad.

Presentamos nuestra propuesta el día 26 y aproximadamente en junio sabremos si nos lo concede la Comisión Europea. Si lo logramos tenemos que trabajar con ese armazón porque también solicitan, como punto de evaluación, que el proyecto tenga sostenibilidad. Es decir, que después de esos tres años en los que termina esa financiación específica, con las herramientas con las que contamos sigamos trabajando en el Consorcio, lo que ocurrirá así.

Se puede entender que es una forma de oficializar algunas forma el trabajo que ya se está desarrollando.

Efectivamente, y dotarlo de estrategias y plazos. De hecho nosotros estamos empezando a trabajar ya con esas universidades en torno a los intercambios porque con muchas de ellas ya teníamos proyectos de investigación conjunta que, claro, ahora estamos fomentando.

¿Con qué recursos ajenos a la Universidad se va a contar para impulsar estos cambios?

En la primera convocatoria hubo dos tipos de recursos. Primero los de la Unión Europea con alrededor de cuatro millones de euros para cada Consorcio que deben repartirse  entre seis o siete universidades para los tres años; por l que no es tanto volumen. También el Gobierno español, a través del Ministerio de  Ciencia y Universidades, en ese momento, ofreció una ayuda de tres millones de euros a las universidades que habían conseguido entran en alguno de esos Consorcio. Es decir, el propio ministerio apoyó económicamente la iniciativa, por lo que contaremos con esos dos tipos de recursos, aparte de los que se puedan movilizar en cada universidad.

¿Cree que se podrán cumplir las estimaciones deseadas por Macron?

El presidente francés apuntó como objetivo general lograr que, tras los tres años, la movilidad de los estudiantes llegue al 50% del total, pero eso dependerá también de los fondos porque cada beca Erasmus necesita sus fondos correspondientes.

Es importante destacar que este proyecto está muy pensado para Europa, hay muchas actuaciones que tienen que ver con los temas locales y sociales, de hecho se pueden incluir acciones con ayuntamientos e intercambiar experiencias de asociaciones empresariales, iniciativas que repercuten en el tejido social de cada región.

¿Tienen buenas expectativas?

Son buenas, precisamente nosotros hemos ido a esta segunda convocatoria para trabajarlo con mucho tiempo. Tuvimos dos ofertas de otras universidades para asociarnos a Consorcios liderados por una universidad francesa y otra italiana, pero decidimos liderar nuestro propio Consorcio. Esta decisión ha generado que el proceso haya sido más trabajoso, pero hemos podido sentar la bases del grupo.

Nos reunimos cada tres semanas presencialmente y todas las semanas por videoconferencia, y eso durante un año. Creo que ha merecido la pena poder dar nuestro enfoque y estrategia, teniendo en cuenta que todas somos universidades intensivas en innovación y regionales. Es decir, bastante implicadas con el desarrollo socioeconómico de la región en la que están, ninguna está ubicada en capitales de provincia.

En este liderazgo es indudable que la Universidad de Castilla-La Mancha posee una gran experiencia en el campo del intercambio y la internacionalización.

Sí, tenemos mucha experiencia, desde hace ocho años estamos trabajado en una fórmula de internacionalización integrada en la estrategia general de la Universidad. La hemos desarrollado en varios ámbitos, por supuesto en todo lo que es el intercambio Erasmus -en el que España es el destino preferido de los estudiantes europeos-, y en la promoción de la salida de nuestros estudiantes año tras año. Es evidente que este dinamismo fue más difícil en las épocas de crisis porque muchos países tienen un coste de vida superior al nuestro, eso a pesar de que los estudiantes tienen una beca, pero hemos ido mejorando.

Otros ejes importantes en internacionalización es nuestro programa de movilidad con países terceros como China, India, Rusia, Georgia, Jordania, kazajistán y Uzbekistán, países que tienen mucho interés.

Con kazajistán y Uzbekistán, que está muy lejanos pero que tienen muchas posibilidades, hemos firmado acuerdos importantes.

Hemos abiertos allí, con convenios con universidades, aulas de español que están funcionando muy bien porque hay un creciente interés por aprender el idioma. Eso ya nos permite establecer una relación más cercana para realizar intercambios. Algunos de estos estudiantes ya están matriculados en el doctorado. El caso de kazajistán tenemos un convenio por el que han venido estudiante a hacer el grado.

También hemos internacionalizado con otros países cercanos como Marruecos, teniendo en nuestra Universidad a estudiantes marroquíes desarrollando máster.

Es una forma interesante de dinamizar intercambios con otros países

Claro, es importante porque igual que España recibe muchos estudiantes de movilidad Erasmus, no recibe tantos como Francia o Alemania o Inglaterra, y además  vienen específicamente a hacer un grado o un máster. Este es un convenio con un país muy joven -en comparación con nuestra pirámide de población- y está obteniendo muy buenos resultados.

Eso sin olvidar la relación con Iberoamérica.

Siempre hemos sido una universidad con vocación iberoamericana, y eso no queremos perderlo. Con Iberoamérica tenemos un elevado número de estudiantes en grado y en máster de muchos países, lo que tenemos diferencial son los postgrados iberoamericanos, por lo que vienen no sólo estudiantes universitarios, sino profesionales que hacen postgrado en Derecho e incluso en Ingeniería. No renunciamos a esa vocación, para nosotros es fundamental. Apostamos por una estrategia muy abierta al mundo y aunque es mucho más complicado de gestionar ofrece muchas satisfacciones, merece la pena.

Somos una Universidad que estamos en dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, todas las ciudades en las que estamos implantados son seguras, pequeñas, no son caras para vivir, y eso es muy atractivo para los estudiantes porque viven una experiencia muy positiva.

Y aporta a la región no sólo talento, también riqueza económica ¿no?

Dentro de las movilidades, esta Universidad cada vez tiene más importancia y eso también es un recurso económico. La enseñanza del español, que es un trabajo callado, propicia que haya personas en nuestras ciudades viviendo todo el año porque está estudiando español, eso aporta población joven que crea riqueza económica.

Comenzamos en el año 95 a trabajar con programas de español y cada año tenemos más estudiantes. Estamos acreditados por el Instituto Cervantes como centro examinador y también como centro de enseñanza del español para extranjeros. Eso, junto con la cultura, nos ayuda porque el español, en el ámbito educativo y en general en el mundo, va teniendo cada vez más importancia, y eso también es una apuesta.

Los números ayudan a entender la importancia de lo que la Universidad aporta a la región, somos una Universidad pública que tenemos como obligación, no sólo rendir cuentas, también aportar lo máximo posible en todos los ámbitos, también en la creación de empleo y riqueza.