Eintracht y Rangers ofrecen una final inédita

EFE
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Los alemanes cumplen también en Fráncfort ante el West Ham (1-0) y los escoceses logran dar la vuelta a la eliminatoria contra el Leipzig (3-1)

Eintracht y Rangers ofrecen una final inédita - Foto: PETER CZIBORRA

El Eintracht de Fráncfort alemán y el Rangers escocés, que eliminaron al West Ham inglés y al RB Leipzig germano, respectivamente, dirimirán el próximo 18 de mayo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla una final inédita de la Liga Europa.

Doble revancha del Eintracht

El Eintracht de Fráncfort prolongó su extraordinaria andadura en la Liga Europa, frustró las pretensiones del West Ham, al que derrotó con una diana del colombiano Rafael Santos Borré, y de paso se tomó una doble revancha hacia la final que tendrá lugar en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, en la que se enfrentará al Rangers escocés.

El verdugo, entre otros equipos, del Betis y el Barcelona, ya había ganado en Londres en la ida por 1-2. Todo le fue de cara en su Deutsche Bank Park salvo la retirada temprana, por un problema muscular, de su zaguero Martin Hinteregger.

A partir de ahí el partido fue cuesta abajo para el conjunto de Oliver Glasner sobre todo gracias a la expulsión del defensa Aaaron Cresswell. El colegiado español Jesús Gil Manzano le mostró tarjeta amarilla por derribar a Jens Petter Houge cuando éste se escapaba en solitario, pero a instancias del VAR acudió al video y cambió su decisión por la roja.

David Moyes, técnico de los 'hammers', no tuvo más remedio que cambiar de planes. Retiró del terreno al argentino Manuel Lanzini e introdujo a Ben Johnson para plantarse en un 4-4-1 con Michael Antonio solo en punta.

Pero el dinámico Eintracht no le dio opción y tan solo nueve minutos después (m.26) el colombiano Rafael Santos Borré inauguró la cuenta de esta vuelta y amplió la ventaja en la eliminatoria, al rematar en solitario un centro desde la derecha de Ansgar Knauff.

Le costó digerir el doble mazazo al West Ham, aunque su sobriedad le permitió impedir al equipo germano agrandar la herida y aguardar a cualquier acción que le permitiera mantener opciones de revertir la situación. La tuvo, al borde del descanso, en una acción confusa a balón parado que el defensa francés Kurt Zouma remató como pudo y sacó en la línea de gol su compatriota Evan N'Dicka.

El Eintracht Fráncfort tomó nota de la advertencia. En el segundo periodo optó por el control, por manejar el balón sin correr riesgos. Pese a los intentos de Declan Rice y el español Pablo Forlans, el empeño del West Ham por el orden tampoco le permitió ir de forma descarada a por la remontada.

La impotencia del West Ham fue absoluta. Incluso el técnico David Moyes fue expulsado a los 78 minutos por un incidente en la zona de banquillos al dar una patada violenta al balón. No tuvo esta vez el cuadro londinense ni fútbol ni arrestos para ir de verdad a por el partido, aún en inferioridad. Tan solo quiso creer en acciones a balón parado.

El Eintracht de Fráncfort manejó sin problemas los últimos minutos y volverá a estar en una final 42 años después de ganar la Copa de la UEFA 1979-80 ante el Borussia Mönchengladbach.

 

Ibrox obra la gesta

Un estadio como Ibrox Park y un equipo como el Rangers, no hace tanto en la Tercera división del fútbol escocés, se merecían una alegría como la de este jueves, un día inolvidable para la afición protestante porque remontaron al RB Leipzig (3-1) y jugarán su primera final europea en doce años.

Campeones de la Recopa de Europa en 1972, los escoceses tendrán la oportunidad de vengar la final de la UEFA perdida, en 2008 contra el Zenit de San Petersburgo, en Sevilla el próximo 18 de mayo, gracias a una noche de magia en Ibrox. Una noche en la que un equipo sin delanteros fue capaz de levantar el 1-0 de la vuelta e imponerse por 3-1 a un Leipzig que no cumplió su papel de favorito.

Cuando Gio se aferraba a Ibrox Park como la forma de pasar la eliminatoria no lo decía en broma. El estadio montó una tromba de ruido que elevó el nivel de un Rangers al que no le hicieron falta delanteros para creerse que remontar era posible. Sin Alfredo Morelos ni Kemar Roofe, el técnico holandés reconstruyó como pudo el ataque, para que al final apareciese el de siempre, el capitán, James Tavernier.

Kamara se lanzó a recuperar una pelota pegado a la banda, durante la salida de balón de los alemanes. Lo consiguió y montó la transición, con Ryan Kent introduciéndose en el área y viendo la entrada de Tavernier en el segundo palo. El pase no fue lo más estético del mundo, incluso bordeó con ser un disparo, pero llegó a tiempo para que Tavernier la empujara a la red. Su séptimo gol en esta Europa League, siendo lateral. Todos han llegado en las eliminatorias.

Era el inicio perfecto para el Rangers, que no tardó en aumentar la renta. Un doble golpe al Leipzig, que se vio favorito y destrozado en cuestión de minutos. Wright, dentro del área, recibió de espaldas y vio la aparición de Kamara en la frontal. Le cedió la pelota y este, de primeras, engarzó la pelota con el interior con un disparo curvo a la cepa del poste.

El castigo, en 20 minutos mágicos, pudo llegar a otro nivel, pero Aribo, de forma inexplicable, erró una volea en el área pequeña completamente solo.

El Leipzig estaba minimizado. Un equipo que esta temporada ha ganado al Manchester City y que tiene a jugadores de la talla de Christopher Nkunku y Dani Olmo era incapaz de encontrar una vía que rompiera la presión escocesa. Su partido era un drama. Horroroso. Hasta el punto de que en el minuto 70 no contabilizaban ningún disparo a puerta que hubiera llevado un mínimo peligro.

Y entonces, como si encendieran un interruptor, una jugada les despertó. Un mano a mano fallado al que siguió un centro de Angeliño que Nkunku dirigió a la red. Los alemanes desenfundaron sus alas y avistaron la portería de McGregor, pero sin colmillo, sin contar con apenas cinco minutos de dominio.

No aprovecharon la efervescencia y la confusión del gol y lo pagaron. A diez minutos del final Kent envenenó un centro que se tragó Gulacsi. Apenas pudieron despejarlo sobre la línea de gol para que le cayera muerta a John Lundstram que, a puerta vacía, desató el delirio en Glasgow. 3-1, eliminatoria remontada y los de Van Bronckhorst jugarán la final en Sevilla. Una noche para la historia en Ibrox Park, una noche merecida.

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