Toledo, la segunda más votada para capital de España

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En caso de que hubiera que cambiar de capital de España, una encuesta de electomania.es da el 24,5% de los apoyos a Toledo, cerca del 27,5% de Barcelona. Es la elegida por gallegos, asturianos, castellano-manchegos y madrileños

Toledo tiene la Catedral Primada de España y un Alcázar que alojó a reyes y a un emperador. - Foto: Yolanda Lancha

Ayer mismo en la plaza de Zocodover los guías insistían a los turistas en lo importante que fue la ciudad de Toledo. Y el que tuvo retuvo, porque sería la segunda opción más votada para coger el relevo de Madrid si hubiera que cambiar la capital de España. Quizá sea porque ya fue capital del reino visigodo, porque fue la ciudad de las Tres Culturas de Alfonso X, porque fue Ciudad Imperial con Carlos I, porque su Catedral es Primada de España... o simplemente por el hecho de que está muy cerca del centro de la Península.

La encuesta la ha realizado Electomania y se puede consultar sus resultados en su web https://electomania.es/. Ellos mismos se definen como una web  de actualidad política con una amplia comunidad de usuarios interesados en sondeos de opinión, datos estadísticos y evolución de las ideologías a nivel local, regional, nacional e internacional. Y entre esos intereses, se ha suscitado en este mes de enero el  debate sobre un cambio de capitalidad en España. Para ello se recogieron 2.500 respuestas en su electopanel por un formulario online, con participantes de todo el territorio nacional.

Toledo consigue el 24,5% de los apoyos, que es casi un empate con la primera opción, que sería la de Barcelona con un 27,5% de las preferencias. La cosa estaría entre estas dos ciudades, porque ya la tercera opción queda a más distancia: sería Sevilla con un 26,6%. En el cuarto lugar estaría Valladolid con un 18,1%, Valencia con un 7,5%, Zaragoza con un 4,4%, Bilbao con un 2,7% y Granada con un 1,1%.

Toledo es la primera opción para los castellano-manchegos, pero también es la ciudad elegida como alternativa a la capital por los propios madrileños. Además también gana en la encuesta en dos comunidades tan alejadas como Asturias y Galicia.

Barcelona domina en el Levante, siendo la opción favorita de catalanes, murcianos, valencianos, baleares y además de navarros y canarios. Sevilla es la ciudad más votada por andaluces y extremeños. Zaragoza consigue el beneplácito de los suyos, los aragoneses, y también de riojanos. Algo parecido ocurre con Valladolid, que es la opción ganadora en Castilla y León y también en Cantabria, que antes de la España de las autonomías compartía territorio en Castilla-La Vieja. Para los vascos, su primera opción es  Bilbao, aunque no es ni su capital regional.

El 77,3% está satisfecho con Madrid. El caso es que no hay que empezar a recalcular el kilómetro cero en Zocodover ni preparar su reloj para la retransmisión de las próximas uvas. Parece bastante asentado que Madrid es la capital y que no hay por qué cambiarla. El 77,3% de los encuestados está satisfecho con que la capitalidad esté en la ciudad del Oso y el Madroño. En función del partido al que votan esa satisfacción es del 92% entre los que votan a Vox, del 91,7% en Ciudadanos, del 90,7% en el PPy baja algo al 78% en el caso del PSOEy al 61,2% en Unidas Podemos.  

Por comunidades -y aparte de los madrileños- los riojanos, castellano-manchegos, navarros y canarios son los que más satisfechos se muestran con que Madrid sea ‘villa y corte’.

Para decidir la capital regional, la Junta encargó una encuesta.

«Se fija la sede de las Cortes y el Gobierno de la Región de Castilla-La Mancha en la ciudad de Toledo». Una oración, apenas una veintena de palabras y ni siquiera una subordinada. Así Toledo se convirtió en la capital regional en 1983.

Castilla-La Mancha era una de las ‘regiones nuevas’ que surgieron en la Transición. Y, por tanto, también había que buscar capital. Al final quedaron en liza sobre todo Cuenca y Toledo, aunque Alcázar de San Juan también esgrimió su centro geográfico para reivindicar su candidatura.

La decisión generaba tanta polémica que el Estatuto se llevó al Congreso -y salió de él- sin aclarar dónde iba a estar la capital de la nueva región. Eso quedó pendiente para una futura ley, que se abordó un año después. Esa ley lo que hizo fue reconocer lo que ya se había puesto en práctica, pues las primeras Cortes ya se habían constituido en Toledo... y también en Toledo estuvo el Gobierno desde el minuto uno.  

En el pleno que aprobó la ley el entonces consejero de Educación y Cultura, José María Barreda, defendió esta decisión. Aseguró que había informes y estudios técnicos que apuntaban a Toledo en temas de «transportes, de accesibilidad, de conectividad interna, de infraestructura viaria, de infraestructura urbana, etc». Pero además había una encuesta con 2.000 entrevistas que encargó el propio Gobierno. Toledo ganó tanto cuando se preguntaba como primera opción (31%), como por segunda opción (17%), pues a nadie se le escapaba que muchos elegían como primera opción a su ciudad más cercana. El diputado del Grupo Popular por Cuenca, Miguel Ángel Ortí Robles, puso en cuestión esa encuesta y desveló que un 2% sugirió Murcia.