Don Cicuta en la Vega Baja

Adolfo de Mingo
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El estrafalario personaje del programa Un, dos, tres... presidió un partido de fútbol entre toreros y actores en el estadio de la Fábrica de Armas el día de Reyes de 1973. Valentín Tornos (1901-1976) había debutado como actor en Mocejón

Los actores de Crónicas de un pueblo y Valentín Tornos (en el centro, sin caracterizar), con la madrina del partido. - Foto: MARÍA TERESA SILVA (ARCHIVO VASIL)

Acomienzos de los años setenta dos programas de televisión acaparaban la atención de los espectadores toledanos: la serie Crónicas de un pueblo -el día a día de los habitantes de un imaginario municipio, Puebla Nueva del rey Sancho- y el concurso Un, dos, tres... responda otra vez, recién estrenado y presentado entonces por Kiko Ledgard. Sus protagonistas se convirtieron en un verdadero fenómeno sociológico: hacían furor en peñas y charangas, alimentaban toda suerte de expresiones populares e incluso eran imitados por los niños dentro de las aulas. El más carismático de todos era Don Cicuta, un viejo cascarrabias ataviado con levita negra que, como una especie de encarnación de la ya mortecina censura, increpaba a las parejas que participaban en el concurso.

A nadie sorprenderá que el día de Reyes de 1973 se convirtiera en todo un acontecimiento, pues unos y otros -buena parte del reparto de la serie, Don Cicuta, algunos actores más y un amplio conjunto de toreros, entre otras figuras tan populares como el toledano Federico Martín Bahamontes- acabaron disputando un partido de fútbol en el desaparecido campo Carlos III, en plena Vega Baja.

El encuentro había sido organizado por el gobernador civil de Toledo, Jaime de Foxá, y por el Montepío de Actores. Su intención era contribuir a financiar una campaña navideña para personas desfavorecidas, con entradas a 50 pesetas los caballeros y 25 las señoras. El balón fue subastado y se celebraron varias rifas. Don Cicuta no defraudó, pues pese a no aparecer ataviado con las ropas y las barbas de su excéntrico personaje acabó expulsando del encuentro a todos los participantes que se atrevían a llevarle la contraria. Algunos días después, el popular actor, cuyo verdadero nombre era Valentín Tornos (1901-1976), mantuvo un encuentro con los vecinos de Mocejón, municipio en el que comenzó su larga aunque poco conocida carrera como actor, allá por el año 1918.

Hoy recordamos el evento gracias a la crónica de El Alcázar y las fotografías de María Teresa Silva. El partido comenzó a las doce menos cuarto, con tanto frío como expectación. Fue la madrina la condesa de Rocamartí, María del Carmen de la Peña de Foxá, esposa del gobernador civil. Lo arbitró un colegiado toledano, Pagés, y durante el intermedio hubo una exhibición de aeromodelismo. El encuentro finalizó con una dura somanta para los actores (con uniforme del Atleti), que perdieron sieta a dos ante los toreros. Bahamontes, que jugaba con los primeros, marcó precisamente uno de los dos goles, de penalti. Según parece, fue demoledora la delantera formada por los diestros Gregorio Sánchez y José Luis de la Casa, ambos fallecidos hace escasos años. Los actores tuvieron que cambiar hasta tres veces de guardameta, cansados de que Fernando Sancho -recordado por su participación en spaguetti westerns y por haber interpretado en Toledo al periodista corrupto de La otra vida del capitán Contreras (Rafael Gil, 1955)- dejase pasar a la red el balón entre las piernas.

El evento contó con la presencia de más actores que los anunciados. Es posible identificar en las imágenes a varios miembros del reparto de Crónicas de un pueblo, comenzando por el veterano Jesús Guzmán (Braulio, el cartero), aún con vida (y que en 1974 debutaría en el Teatro de Rojas con su propia compañía); o Tito García (Benito, el vinatero y dueño del bar) y Antonio Costafreda (Goyo, el alguacil). No aparece en estas, sin embargo, Rafael Hernández (Dionisio, el conductor del autobús), conocido actor secundario en cuya presencia reparó expresamente El Alcázar. Es posible identificar también a Fernando Sancho, Eduardo Fajardo, Máximo Valverde y José Canalejas, entre otros. Habían sido invitados también Frank Braña, Gonzalo Esquiros, Polo Villaseñor, Paco Nieto, Ramón Lillo, «Goyanes» [¿José Goyanes?], Venancio Muro, Juan Luis Galiardo, Pepe Yepes, Antonio Durán, José Antonio Elciro, Ángel Parado, Adolfo Sambrel, Juan Amigo y Manolo Jerso. Varios no pudieron asistir. La «alineación» inicial incluía también, igual que a Bahamontes, a Ángel Nieto y a Pedro Carrasco. Y a José María García. Una pancarta sostenida por este equipo -«Los actores españoles saludan al pueblo de Toledo»- no deja lugar a dudas.

Con respecto a los toreros, además de Gregorio Sánchez y José Luis de la Casa, fueron invitados Andrés Hernando, Dámaso Gómez, Pedro Santamaría, «Tinín», Efraín Girón, «El Platanito», «Antoñete», Andrés Vázquez y Curro Fuentes.

Han pasado cuarenta y siete años. Los suficientes para convertir los programas que protagonizaron en auténticos clásicos de nuestra televisión. Salvo el incombustible Jesús Guzmán -y nuestro Federico Martín Bahamontes-, pocos de los que participaron en aquel partido siguen hoy con vida. El campo Carlos III, entonces propiedad de la Fábrica de Armas, desapareció hace tiempo. La Fábrica es en la actualidad campus universitario y la Vega Baja un  problema de difícil solución entre cuyas partes solamente nos faltaba, mire usted por dónde, la maldición que el viejo Don Cicuta le echó el 6 de enero de 1973.