Es una joya, desconocida quizás porque ahora no está abierta al público ni entra en el circuito de grandes monumentos de la ciudad, pero tiene protección BIC. Sus cubiertas estaban al borde del derrumbe, motivo por el que está recibiendo los cuidados necesarios. La iglesia de San Barolomé, ubicada en la parte trasera del convento de Santa Isabel, en la bajada desde el Casco histórico hacia la Cornisa, se encuentra en pleno proceso de restauración de sus cubiertas. Una techumbre que recuperará gracias a una intervención de 70.000 euros, financiada por el Arzobispado de Toledo.
Los trabajos están ejecutados al 60 por ciento. Arrancaron el pasado julio y tienen un plazo de ejecución de cuatro meses, pero previsiblemente concluirán antes de lo previsto, toda vez que el ritmo de ejecución es bueno. Así lo indica, a pie de obra, el arquitecto Francisco Mijancos, encargado de la dirección facutlativa, aunque hay tiempo de reacción, porque el contrato permite hasta dos meses de demora en la entrega.
La empresa talaverana Artectum, especializada en la restauración del patrimonio histórico y en la rehabilitación de inmuebles de interés histórico-artístico, es la encargada de la intervención.
Los andamios llevan instalados en el templo desde julio. - Foto: Víctor BallesterosLa actuación ha consistido en renovar por complejo la cubierta de la zona del ábside hasta la torre, que estaba «hundida», mienras que en otras zona se han repuesto y afianzado las tejas que estaban mal, indica Mijancos.
«La intervención era urgente porque si hay una patología de humedades cada vez acusa más el deterioro», añade el arquitecto.
San Bartolomé era un complejo integrado por la iglesia, un palacio y el seminario de vocaciones tardías de la ciudad. El Arzobispado está interviniendo únicamente en la iglesia en estos momentos.
Trabajos de intervención.El templo tiene anexo un espacio en la parte trasera, anterioremente rehabilitado, donde están almacenadas las carrozas de la Junta de Hermandades y Cofradías de la ciudad, indica el ecónomo diocesano, Anastasio Gómez Hidalgo, quien indica que el objetivo es utilizar este espacio como ‘Casa de Hermandades’, para albergar conferencias, pequeñas exposiciones u otros actos religiosos.
El templo en cuestión «tiene un alto valor patrimonial y artístico», no en vano las primeras referencias documentales se encuentran en textos mozárabes de 1145 denominando a la iglesia San Zoilo.
La torre de edificio se restauró en 2006, a cargo del Consorcio de la Ciudad de Toledo, en un proyecto dirigido por el arquitecto Carlos Graña y el arqueólogo Arturo Ruiz Taboada.
Estado en el que estaban los tejados.La actuación permitió descubrir una tumba antropomorfa asociada a la torre que hizo de este descubrimiento uno de los más importantes de cara a comprender este tipo de edificaciones religiosas.
La rehabilitación consistió básicamente en la consolidación estructural de la torre, ya que tenía varios fallos que el arquitecto resolvió y lo único que necesitó fue un lavado de cara».