Dos orejas que a Chicharro le dan el Alfarero de Plata 2022

Dominguín
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Gran tarde de toros en Villaseca de la Sagra con una novillada del Conde de Mayalde de gran nota. Sólo Chicharro acertó con los aceros, mientras que Losana y Tristán tuvieron su cruz en la suerte suprema

Dos veces se fue Chicharro a recibir a sus novillos a chiqueros. - Foto: Dominguin

El pasado domingo concluía la octava edición del Alfarero de Plata de Villaseca de la Sagra. La segunda consecutiva realizada con novillos y visto el éxito, llegó para quedarse e instaurarse por el tiempo. El fin de semana tuvo tinte taurino por completo, pues el sábado por la noche hubo concurso de recortes, la mañana del domingo encierro y a la tarde el festejo más esperado, la final de los noveles.

En los corrales llevaban varios días los erales del Conde de Mayalde esperando ser enlotados y enchiquerados. Un encierro en el que los aficionados habían puesto muchas esperanzas debido al buen momento en el que se encuentra esta vacada toledana. Y no defraudó. Saltaron al ruedo seis novillos serios, rematados en el tipo de la casa, que tuvieron bravura, movilidad y clase. El segundo de nombre "Estafador I", fue premiado con la vuelta al ruedo, pero el tercero "Hortelano II", tuvo también tan buena condición como su hermano de camada.

Abrió el festejo Alejandro Chicharro, que con pasmosa tranquilidad se dirigió a la puerta de toriles para recibir al animal. Una larga cambiada que encogió el corazón a los presentes por lo ajustada de la misma, para luego incorporado torearlo a la verónica, por chicuelinas rematando con una media. Por alto comenzó su trasteo, para luego con la diestra llevar al novillo a su altura, un tanto apresurado para lo que le requería el astado. Cuando lo citó con suavidad por naturales cambió la embestida, que iba cosida a su muleta. Fue un trasteo que conecto con las gradas sobre todo cuando se encajó más con el eral de Mayalde. Mato al segundo intento y los asistentes le agradecieron su actuación ovacionándolo lo que le obligó a saludar.

Tristán Barroso recibiendo de capa al tercero de la tarde.Tristán Barroso recibiendo de capa al tercero de la tarde. - Foto: Dominguin

Otra vez a toriles Chicharro, no le cuesta y allí denota su predisposición cada vez que empieza su faena. Verónicas de recibo rematadas de larga fue el aperitivo a una faena muy importante. Se puso de rodillas con la muleta en el centro para empezar el trasteo fundamental, allí lo probó genuflexo por ambos pitones. Repetía con claridad y con el hocico por la arena, lo que le hizo a Chicharro confiarse con la zurda y torearle a placer por naturales. Se gustó con derechazos largos que hicieron ver la virtud del novillo. Se tiró derecho a matar y acertó en lo alto, concediendo el palco dos orejas que reclamaba el público de manera insistente. Con este palmarés lo ponía difícil a sus compañeros de cartel.

Miguel Losana sorteó en segundo lugar, uno de los grandes novillos del festejo. Larga cambia junto a tablas para luego continuar por delantales y una media que firmó su recibo capotero. Comenzó por bajo, rodilla en tierra, ayudando al eral a seguir los engaños y así alargar aún más la buena embestida. Con la muleta tuvo que lanzar la moneda al aire, pues cada vez que le hacía las cosa bien y por derecho, el burel obedecía con claridad. Iba colocando la cara a la vez que Losana le llevaba templado en cada derechazo. Ante el quinto se mostró dispuesto con un animal que no resultó fácil y necesitaba mayor oficio, a pesar de lo que se mostró firme pero sin lucimiento.

Tristán Barroso atesora cualidades muy interesantes. El gran manejo de los trastos y la frescura que desprende hacen que se viertan sobre él muchas esperanzas. Sin duda el aspecto a mejorar es el de la espada, pues de haber viajado certeros los aceros, sobre todo en el tercero, el resultado numérico y quien sabe si artístico de este Alfarero podría haber sido otro. Ante el tercero, recetó un gran saludo y brillante quite, logrando torear abandonado con la muleta, algo que encandiló al respetable y provocó que lamentase cuando pinchó la faena. Ante el sexto también se vivió  de nuevo un interesante trasteo, pero de nuevo la tizona no fue acertada y dejó todo en otra vuelta al ruedo. Cosechar dos vueltas al ruedo tras petición, a pesar de semejante manejo de la espada, dice mucho de lo que hubo de ocurrir, y el calado que tuvieron ambas faenas.