Ángel Monterrubio

Tente Nublao

Ángel Monterrubio


Los Mayos (y II)

11/05/2022

En la provincia de Cuenca muchas son las localidades, incluida la capital, que celebran Los Mayos, ancestrales fiestas de primavera vinculadas a las divinidades de árboles y plantas como símbolo de la vida y del amor y que el cristianismo asimila al culto mariano, es posible que Cuenca sea la provincia de España que más fiestas de este tipo conserve. Pero me gustaría destacar algunas de ellas porque presentan o presentaban rasgos originales en las que se mezclan los cánticos, que es la parte de la ceremonia que más ha permanecido, con ofrendas florales o escritos laudatorios. Por ejemplo, en Villamayor de Santiago, la primera noche de mayo los mozos 'salen a mayear': 'mayear' consiste en recorrer todo el pueblo cantando mayos populares y, además, en aquellas casas en que viven sus enamoradas o enamorados, escribir con pinturas, en puertas y jambas, piropos, galanterías, versos o frases románticas, que a la mañana siguiente leen sus destinatarios con no poco regocijo. Es importante destacar el papel que las chicas han tenido en recuperar y mantener esta tradición que, por desgracia, ya casi estaba perdida.  
En Pozorrubio de Santiago los mayos se cantan con un orden jerárquico establecido: el primer mayo se canta a la Virgen en la puerta de la iglesia a las doce en punto de la noche, el segundo en la casa del cura, el tercero en la casa del alcalde y el cuarto en la puerta de la casa del juez de paz, después de ese protocolo, se recorren las calles del pueblo y se termina la fiesta en algún bar. Es una lástima que en Pozorrubio se haya perdido la costumbre, antiquísima, que tenían los mozos de pintar en las puertas de las mozas ramos de flores de colores con alusiones escritas a su amor, donaire o hermosura.
En Casas de Haro no solo a la patrona se le cantan los mayos, los rondadores visitan las tres iglesias de la población y les cantan a todas las advocaciones marianas para que ninguna se sienta desairada, más tarde recorren las calles del pueblo. Antiguamente existía esa noche un original rito de cortejo que consistía en colgar en las verjas y los balcones de las mozas unos preciosos ramos en los que se trenzaban cereales, flores, plantas aromáticas y dulces de sartén, una verdadera y auténtica 'enramada'.

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