Algunas semanas, al pensar en el contenido de estas columnas siento inquietud. Aunque llevo escribiendo en medios de comunicación más de cuarenta y seis años, al comenzar estas líneas aún tengo dudas sobre la oportunidad de lo tratado, sobre si interesará a alguien o si encontraré el tono adecuado para expresar con precisión cuánto quiero decir. Hay ocasiones en las que alcanzar los 2.330 caracteres que tienen estos textos me supone un mundo. En otras, el problema es reducir hasta ese número cuanto sobrepasa un primer borrador. Cuando por fin lo logro, abrigo una placentera sensación de calma. Luego, esperar a ver publicado el artículo.
Esta es una de esas semanas en las que me ha costado decidir qué abordar. Repaso más de una vez las noticias: la dura realidad de la nueva variante del coronavirus y la dificultad para encontrar test de antígenos, la disparidad de criterios entre las comunidades autónomas para mitigar la sexta ola, el adelanto electoral en Castilla y León, el esperanzador y simbólico triunfo de Gabriel Boric en Chile, Ayuso y su enésimo ataque a los profesionales de la sanidad pública, la candidez de Arrimadas al ver como el Partido Popular vuelve a chulearla, el estridente 'coño' de Casado en el Congreso de los Diputados, las perspectivas del proyecto de Yolanda Díaz, la reiterada patochada negacionista de Miguel Bosé,… Asuntos no faltan, pero en estos días cierta pereza me aparta de ellos.
Pasan las horas y apremia enviar esta columna al periódico. Comienzo a teclear, mientras los niños de San Ildefonso van desgranando su anhelada cantinela de la suerte. Su repetitiva musiquilla nos sumerge a tope en las celebraciones navideñas. Cada cual las vivirá según sus ritos, creencias o costumbres familiares. Son días para el reencuentro, los abrazos, el recuerdo y la reflexión personal, mirando hacia nuestro interior y haciendo balance de cuanto dejaremos atrás el acabar 2021. También es tiempo de cercanía, esperanza y buenos anhelos. Eso es lo que de corazón quiero compartir en este último 'En el camino' del año. Por fin cuadré los caracteres precisos. En cada uno de ellos van mis deseos de paz, tranquilidad, ventura y salud para quienes siguen estas columnas tanto en La Tribuna impresa como su versión digital y redes sociales. ¡Gracias por hacerlo! Pasados los Reyes, seguimos.