La incorporación de dos vagones de tren en desuso a la oferta de la Vía Verde de la Jara revelaba el poderío del proyecto turístico para este trazado de 52 kilómetros que cruza la comarca de La Jara. Uno servía como restaurante con capacidad para unos 40 clientes; el otro, para hospedar a 26 visitantes en la estación de 'Pizarrita'. Corría el verano de 2011 cuando empezó a carburar este ingenioso servicio que duró apenas unos años. Ambos coches están ahora totalmente vandalizados, con pintadas por doquier, cristales rotos y mobiliario reventado, tras un proceso de decadencia en los últimos tres años.

La Junta presentó en 2008 el denominado 'Plan de Dinamización del Producto Turístico Vía Verde de la Jara', con un horizonte de tres años y una inyección de 750.000 euros, con financiación de las administraciones públicas. «El principal objetivo es consolidar la comarca de la Jara como destino turístico singular, sostenible y de calidad, logrando su posicionamiento en los mercados de turismo activo, de naturaleza, cultural y rural, y vinculando el desarrollo turístico al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales», prometía la administración regional en la presentación hace 13 años.

Sin embargo, el abandono de la estación de 'Pizarrita', con la consiguiente factura del vandalismo, evidencia la debilidad. Más aún, después de que la entidad pública Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), titular de la Vía Verde de la Jara, comunicara el día 11 a los ayuntamientos el cierre del itinerario por el deterioro del firme, la ausencia de iluminación en los túneles o la deficiente recogida de residuos. La advertencia retumbaba desde hacía más de dos años en la página de internet del programa 'Vías Verdes', pero el detonante de la prohibición de la circulación se debió al derrumbe de piedras a finales de octubre, que cortó el paso a la altura del kilómetro 16, en Aldeanueva de Barbarroya.

Vía Verde de La Jara: crónica de un abandonoUna empresa de turismo de El Campillo de la Jara asumió en 2013 el servicio de alojamiento y restaurante de la estación de 'Pizarrita', en el mismo término municipal. La Mancomunidad de la Vía Verde de la Jara, que había tutelado la gestión los dos primeros años, anunció entonces un contrato de explotación de cinco años para esta oferta del kilómetro 37 del itinerario.

La concepción de la Vía Verde de la Jara se originó a principios del siglo XX para unir Talavera con las vegas altas del Guadiana y suponía, de paso, la comunicación de los municipios de Calera y Chozas, Aldeanueva de Barbarroya, La Nava de Ricomalillo, Campillo de la Jara y Sevilleja de la Jara. «Un recorrido extremadamente difícil, unido a las ingentes obras de ingeniería, que exigía la tortuosa orografía de la región,  provocaron que se diera carpetazo al proyecto», abrevia sobre esas décadas de intentos malogrados el programa 'Vías Verdes', con 126 itinerarios dependientes de la pública Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Como una fatalidad heredada, la Mancomunidad de la Vía Verde de la Jara, que había alquilado a ADIF la gestión, comunicó en octubre de 2018 el proceso de disolución. «Lo que empezó en 2006 como un recurso de gran interés para incentivar el turismo y el desarrollo de la zona de la Jara, ha terminado de la forma más triste imaginable», lamentaban los ayuntamientos de las localidades mencionadas, más La Estrella y Puerto de San Vicente. La decisión, por una cuantiosa deuda, oscurecía el futuro de la Vía Verde, cuya gestión volvió a ADIF.

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