La obra del talaverano Félix Serrano se desarrolla en el marco del expresionismo y en la variedad de motivos que plasma cuando le visita la inspiración. Se define como un «pintor de lo cotidiano», de la atmósfera, de la niebla, la lluvia, el viento y las nubes y, por supuesto, de las cuatro estaciones. Los amaneceres, los atardeceres y los crepúsculos son esenciales en su pintura «porque son el principio y el fin de pintar».

Serrano no es un pintor de encargos, aunque a veces son necesarios. Prefiere reflejar las historias según le vienen a su mente, siendo su principal motivación «la ilusión» y el encuentro con el espectador, «cómo este interpreta el cuadro y cómo es protagonista de la historia».

 «Lo que hago me sale sin pensar, del alma, totalmente espontáneo y siempre trato de situar al espectador frente a la obra, en sus recuerdos, en sus momentos, lugares y pensamientos, y que cada cual saque sus propias conclusiones», indica.

El expresionismo de Félix Serrano, el pintor de lo cotidiano - Foto: L.T.El pintor es autodidacta, con una marcada influencia de su madre, pintora de cerámica talaverana. Entre los artistas que le han marcado en su obra, Sorolla y Monet, pintores que dominaban la escena de la luz, además de  Van Gogh o Renoir, grandes maestros del color. En estos, apuesta por los azules de ultramar, los rojizos, los terrosos  y el amarillo intenso para definir las luces y el contraste del claro oscuro, mientras que en técnicas, asegura no tener límites, ya que utiliza  desde la acuarela, el óleo o el pastel siendo el acrílico lo que más ha trabajado.

Las pinturas de Félix Serrano se han expuesto en numerosas salas y se encuentran, entre otros lugares, en el Museo Urbano del municipio abulense de Santa Cruz del Valle, donde ha hecho una especial contribución. Allí, entre otras, se recogen más de 130 copias de pintores internacionales.