La aparente buena acogida, por parte de los empresarios hoteleros, de la implantación de una tasa turística finalista destinada «a la promoción y mejora del turismo en la ciudad» está propiciando un debate que, hasta el momento contaba con los parabienes de unos pocos. Esta situación se ha visto alterada a raíz de las declaraciones realizadas por el vicepresidente de los hosteleros de CLM sobre lo adecuado del momento para «sentarse a hablar de la implantación de esta tasa que se debe conveniar con el sector».
Ante ello, Ana Isabel Fernández Samper apuntó a este periódico que el Gobierno regional -competente en esta materia- no posee ningún planteamiento al respecto porque «nunca se ha abierto el debate» sobre la conveniencia de legislar esta tasa en la región.
La directora general de Turismo, sin embargo, se mostró «dispuesta a escuchar y estudiar las propuestas, como hacemos en otras demandas, que lleguen del sector». En este punto, no olvidó recordar Fernández Samper que la medida requiere de la consabida valoración porque es necesario «abordar las consecuencias, establecer el modelo, contemplar su dimensión» y, claro está, «extenderlo de manera coordinada a toda la región».
Por ello, y sabedora de que la implantación de la tasa turística «está muy consolidada a nivel internacional» y legislada en «Barcelona y Baleares», la responsable regional aseguró entender a los empresarios del sector cuando apuntan que los ingresos recaudados con esta tasa «que grava la pernoctación debería reinvertirse en políticas de promoción turística».
No en vano, los hoteleros de cualquier ciudad «desean un incremento de las promociones» y el establecimiento de la tasa «puede ser una fuente de ingresos para fijar estrategias de mejora del turismo». De ahí que insistiera en la receptividad de su área de gestión para «analizar la propuesta» con los agentes implicados.
Curiosamente, esta cuestión comenzó a ocupar titulares -todavía de manera incipiente- cuando la propia Samper desempeñaba sus funciones como concejal de Turismo en el Ayuntamiento. Entonces, en aquel febrero de 2012, anunció -tras la reunión mantenida con el alcalde, Emiliano García-Page y representantes de los hoteles de la ciudad- el acuerdo para la creación de un grupo de trabajo (participado por representación de los hoteles de la ciudad y por la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería) para estudiar la evolución del sector en los meses siguientes y determinar la necesidad de implantar una tasa turística. Asunto que vuelve, ahora, a sus manos.
Es conveniente recordar que en aquella comparecencia, el director general de Hoteles Beatriz, Justino Pérez, aludió a que la tasa era «un hándicap porque hay capitales vecinas que no van a aplicarla, como Madrid o Ávila», por lo que «se generará una desventaja a la hora de competir con ellas».
Sobre la propuesta de IU. La formación política que ha abierto, una vez más, este ‘melón’ en el Ayuntamiento ha sido Izquierda Unida con su anuncio de redacción de una propuesta, que presentará al Gobierno regional, para legislar la implantación de esta medida a nivel regional. Eso sí, desde IU, se aboga por invertir parte de los ingresos en el Casco y en subsanar las consecuencias de un cada vez mayor flujo turístico.
Sobre ello, y por ser conocedora de este ámbito tanto en el plano local como en el regional, la directora general de Turismo apuntó que lo más adecuado para «organizar o reorganizar los flujos turísticos» que soporta el Casco histórico es «buscar otras fórmulas y modelos de acción del Ayuntamiento» y que se insertan dentro de sus competencias. Esto es, Ana Isabel Fernández apreció que esta suerte de racionalización puede desarrollarse utilizando «los instrumentos» que el Consistorio tiene a su alcance «para realizar acciones tendentes a mejorar el bienestar de los residentes», en este caso, del Casco.