Borobia, un obispo «cercano al pueblo»

E. Press
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El arzobispo de Zaragoza ha destacado en su homilía cómo monseñor Carmelo Borobia «supo encarnar la cercanía del pastor desde el deseo de estar con la gente»

Borobia, un obispo «cercano al pueblo»

Los restos mortales de monseñor Carmelo Borobia, obispo auxiliar emérito de Toledo, han recibido sepultura en la cripta de la Catedral Basílica del Pilar, tras la celebración de la misa exequial presidida por el arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Escribano, quien lo ha definido como «un obispo cercano al pueblo».

Monseñor Borobia falleció el pasado sábado, 23 de abril, a los 86 años, en la capital aragonesa, donde residía desde 2010. Su capilla ardiente ha estado instalada en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal.

Un cardenal, seis arzobispos, seis obispos y numerosos sacerdotes procedentes de las diócesis de Pamplona, Zaragoza, Tarazona y Toledo han participado en la misa funeral de quien fue obispo auxiliar de Zaragoza entre 1990 y 1996, obispo titular de Tarazona entre 1996 y 2004 y obispo auxiliar de Toledo entre 2004 y 2010.

Borobia, un obispo «cercano al pueblo» Borobia, un obispo «cercano al pueblo» Los ritos exequiales se han celebrado íntegramente en la Catedral Basílica del Pilar, con la presencia del arzobispo de Valencia, el cardenal monseñor Antonio Cañizares; el arzobispo de Toledo, primado de España, monseñor Francisco Cerro; y el arzobispo castrense, monseñor Juan Antonio Aznárez.

También han participado los obispos de Huesca y de Jaca, Tarazona y Barbastro-Monzón, los monseñores Julián Ruiz, Eusebio Hernández y Ángel Pérez, respectivamente, así como el obispo auxiliar de Toledo, monseñor César García, los arzobispos eméritos de Zaragoza, monseñores Vicente Jiménez y Manuel Ureña, y los eméritos de Toledo, Chiclayo (Perú) y Segovia, monseñores Braulio Rodríguez, Jesús Moliné y Ángel Rubio.

El arzobispo de Zaragoza ha destacado en su homilía cómo monseñor Carmelo Borobia «supo encarnar la cercanía del pastor desde el deseo de estar con la gente, como se hacía palpable» en sus visitas pastorales a los pueblos de las tres diócesis en las que sirvió como pastor. Así mismo, ha destacado su «carácter inquieto», que le hacía preocuparse también por la conservación del patrimonio, «siguiendo el mismo, visitando e impulsando las obras de la Catedral de Tarazona».

Tras la celebración de la misa, sus restos mortales han sido trasladado a la cripta del Pilar, donde ha recibido sepultura. Monseñor Escribano ha subrayado que de este modo se cumple también el lema episcopal de monseñor Borobia 'A ti me arrimo', referido a la Virgen del Pilar por la que profesaba un «profunda devoción y una filial confianza».

La sepultura de monseñor Carmelo Borobia se encuentra en el lado de la epístola de la cripta de la catedral mariana, junto a la de Ramón de Pignatelli, hermano de san José de Pignatelli y canónigo benefactor de Zaragoza.

Carmelo Borobia Isasa nació el 16 de agosto de 1935, en el municipio navarro de Cortes. En 1946, con 11 años, ingresó en el Seminario Menor de Zaragoza, situado en aquella época en la localidad turolense de Alcorisa. Estudió Humanidades y Filosofía en los seminarios de Alcorisa y Zaragoza entre 1946 y 1953.

Terminó los estudios de Teología en el Seminario de Pamplona, licenciándose más tarde en Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca, en 1959. Obtuvo la diplomatura en Liturgia en el Ateneo Pontificio San Anselmo (Roma, 1968) y el Doctorado en Teología (Roma, 1970) por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino.

Fue ordenado sacerdote el 19 de julio de 1959, en Zaragoza, tras lo que ejerció como párroco coadjutor de Cadreita (Navarra). En 1961, marchó a Madrid, como capellán de la iglesia del Espíritu Santo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y se alojó en la Residencia de Estudiantes.

Cinco años después, se fue a Roma como becario del Centro Español de Estudios Eclesiásticos de la Iglesia de Montserrat, donde obtuvo la diplomatura y el doctorado. En 1970, pasó a trabajar en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, con Pablo VI, en asuntos de lengua castellana. En 1978, regresó a España al ser designado secretario general de la Archidiócesis de Zaragoza.

El 19 de abril de 1990, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo titular de Elo y obispo auxiliar de Zaragoza. Fue consagrado el 9 de junio del mismo año, en la Catedral Basílica del Pilar, por el entonces arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes. El 16 de mayo de 1996, el papa san Juan Pablo II lo nombró obispo de Tarazona.