Si existe un escudo heráldico bien conservado y majestuoso en nuestra provincia ese es el del castillo de Barcience. Se trata del escudo de la familia Silva, representado por un león o como técnicamente describen los heraldistas, escudo de plata, con un león rampante de gules (rojo) y coronado de oro (dorada). Se encuentra grabado en piedra en la torre del homenaje del antiguo castillo de Barcience, situado en el cerro denominado 'El Caserío' desde donde se puede contemplar una amplia zona que comprendía el antiguo camino desde Toledo a Ávila. Esta fortaleza se comenzaría a construir en el siglo XV por don Juan de Silva, primer conde de Cifuentes, nacido en Toledo en 1399, siendo rematada por otro Juan de Silva, nieto del primero. La familia Silva ha ostentado este condado de Cifuentes durante siglos, desde que se fundara allá por 1456 por el rey Enrique IV de Castilla a favor de don Juan de Silva y Meneses, estando relacionado lógicamente con la localidad guadalajereña del mismo nombre. Al primer conde de Cifuentes le fue traspasada la posesión de la fortaleza de Cifuentes por parte del condestable don Álvaro de Luna, siendo confirmada en 1431 dicha posesión junto con el término y propiedades de la villa. Barciencie fue tomado en posesión por don Juan de silva en 1458, a los cuatro años de la muerte de su madre doña Guiomar de Meneses. El III conde de Cifuentes se casaría con Catalina de Toledo, hija de Fernán Álvarez de Toledo, IV señor de Oropesa, uniéndose así estas dos importantes ramas nobiliarias, aunque posteriormente este enclave pasaría por herencias sucesivas a los duques del Infantado y a los de Pastrana. El condado de Cifuentes y por tanto sus titulares fueron reconocidos como Grandes de España en 1717. En la actualidad el condado lo ostenta don Jaime María de Berenguer y de Santiago, XXI conde de Cifuentes.  
Sabemos que en el siglo XVI el castillo de Barcience se encontraba en buen estado, bien surtido de munición y bajo el mando de un alcaide que ganaba 15.000 maravedís. Si rastreamos el origen de la familia de los Silva, nos topamos con ciertas crónicas que los asimilan como descendientes de los reyes de Alba Long y de los silvios. Uno de los primeros protagonistas de este linaje fue don Gómez Páez de Silva, hijo segundo de Pelayo Gutiérrez y precursor de esta casa por su participación en la batalla del Campo de Orique (1139), muy importante en la toma de Lisboa de 1147. Fueron los propios condes de Cifuentes los que adoptaron las armas con el león rampante lampasado (en algunas ocasiones coronado). Encontramos las primeras representaciones de este escudo en el siglo XII a través del conde Gómez Páez de Silva, el cual quiso dejar constancia de sus raíces leonesas de los primeros titulares de esta familia, los cuales recibirían estas armas de los mismísimos reyes de León. Como curiosidad el primer conde de Cifuentes antes citado, introdujo una pequeña modificación en el escudo original de los Silva, ya que incluyó una mariposa en la cimera, en recuerdo de lo ocurrido entre las embajadas castellana e inglesa durante el Concilio de Basilea en el año 1434. Fue entonces cuando Juan de Silva (representante del rey Juan II) arrebató de una forma violenta al embajador inglés y ante el mismísimo papa, el asiento preferente que ocupaba y que estaba reservado al legado castellano, exclamando a continuación la frase '¡No pose quien mal posa!', lo que quería referirse a la forma de ocupar un asiento que no correspondía a quien lo ocupaba. Cuando Juan de Silva regresó del concilio se le recibió con prebendas y honores, momento desde el cual el escudo de los Silva apareció durante un tiempo abrazado por una mariposa, aunque este elemento se perdería en la heráldica familia con el paso del tiempo.
Consolidando y confirmando el mayorazgo que se creó sobre el lugar de Barcience y su relación con esta noble familia, encontramos en la historia genealógica de los Silva publicada en 1685 el siguiente texto que dejó escrito don Juan de Silva: «E otrosí, con condición que qualquier de los sobredichos, que ovieren de aver y heredar el dicho mi lugar de Barcience, sean tenidos y obligados de traer y traygan perpetuamente el apellido de Silva del dicho Arias Gomez de Silva, mi señor y mi padre, las armas derechas suyas y mías y las de la dicha Giomar».

*José García Cano es académico correspondiente en Consuegra de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.