Toledo estrenará el Instituto de Medicina Legal en 2024

M.G
-

El Ministerio de Justicia ha puesto en marcha la licitación para la construcción de un edificio en una parcela de la calle Dinamarca. El inmueble dispondrá de dos plantas, sótano y promete un arquitectura respetuosa, amable y luminosa

La parcela de la calle Dinamarca en la que se levantará el edificio - Foto: David Pérez

Suele ser habitual que los retrasos se lleven a cifras para alumbrarlos con más precisión. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el antiguo proyecto del Instituto de Medicina Legal, un edificio necesario y muy demandado que ha vagado por los Presupuestos Generales del Estado durante muchos años y no ha empezado a concretarse hasta hace dos a pesar de que el Ayuntamiento de Toledo cedió una parcela de la calle Dinamarca al Ministerio de Justicia por 75 años hace doce años para su construcción. 

La administración ha puesto en marcha la licitación para las obras de construcción y concede de plazo hasta el 21 de junio para aquellas empresas interesadas en levantar un edificio de dos plantas y sótano sobre una parcela de 2.150 metros cuadrados. En principio, se calcula un presupuesto base de 5.088.000 millones de euros, pero la inversión bajará algo porque el precio marca uno de los requisitos de un contrato que plantea una duración de 20 meses.  En cualquier caso, las cifras que se manejan ya no son tan abultadas como las que figuraban hasta ahora, ya que Justicia calculaba un coste total de 7,1 millones de euros y los Presupuestos Generales del Estado plantean dar un importante empujón al proyecto con una inyección de 3,1 millones de euros el próximo año.

De momento, no se avanza una fecha concreta, pero si las obras se iniciasen tras el verano, los forenses podrían estrenar estas instalaciones  a lo largo de 2024, puesto que habrá que equiparlas conforme a las necesidades y condiciones de cada uno de los servicios.  

Este proyecto ha sufrido numerosos vaivenes desde que comenzó a plantearse en 2008. La idea primitiva era levantar el edificio en 2010, con un presupuesto que superara los tres millones de euros, pero la crisis económica lo relegó hasta 2020, año en el que se adjudicó el proyecto y la dirección de las obras al estudio 'González Arquitectos SLP' tras un retraso de once meses. 

Tras distintos trámites burocráticos y una corrección de la parcela para ajustarla a la que figura en el Catastro, la licitación está abierta con el objetivo de levantar un edificio  de dos plantas, sótano y aparcamiento aprovechando y adaptándose a la ladera existente, con lo que se asegura «el menor impacto visual posible». Según consta en el pliego de condiciones, se plantea «un edificio formado por dos cuerpos, una base pesada, pegada al terreno e incluso embebida al mismo y un volumen de oficinas ligero».

Además, se ha puesto especial cuidado en su estética. Al exterior se presenta con la sobriedad de un edificio institucional y el interior ofrece «una arquitectura amable, luminosa y cercana al usuario», que juega con el vidrio y la madera. 

Aunque desde hace años se planteaba un planta semisótano, finalmente ha quedado descartada «jugando con los niveles de acceso desde la calle Dinamarca», con lo que se proyecta una gran planta baja que incluirá el servicio de patología forense  y la clínica médico forense con el objetivo de evitar recorridos largos e innecesarios por el edificio y garantizar un acceso directo a la sala de identificación de cadáveres, por ejemplo. 

Con esta solución, también se garantiza que las instalaciones destinadas al reconocimiento del detenido no exijan grandes desplazamientos por el interior del edificio. El proyecto plantea una estructura que garantice recorridos «claros» por el interior que eviten cruces. Por tanto, se han proyectado distintas salas de acceso al público próximas al acceso al edificio para restringir el paso del público por zonas reservadas a la práctica forense. 

En este sentido, se ha puesto especial atención a la unidad ligada al Juzgado de Violencia sobre la Mujer. Se ubicará en la planta baja «para evitar recorridos innecesarios a las víctimas», y estará separada del resto de salas de reconocimiento, con lo que se dotará de sala de espera propia. Además, el pliego subraya la necesidad «de crear un ambiente especialmente amable y acogedor».  

También el programa vinculado a menores sigue esta línea. Se situará en la planta baja, en un pasillo «muy discreto», cerca de recepción y tendrá acceso directo desde el parking. Esta sala «amigable» dispondrá de sala de espera, aseo propio y acceso directo a los despachos del psicólogo, trabajador social y sala de exploración  «sin necesidad de salir al pasillo». Se completará con «una zona ajardinada amable y colorida».

El edificio se concibe con espacio suficiente para distintos servicios. Albergará salas de autopsias, cámaras frigoríficas, un laboratorio de anatomía patológica, situado en la planta baja, almacenes, distribuidox en el sótano, despachos para forenses y para el equipo psicosocial en la primera planta, un aula docente, una biblioteca, vestuarios, el área de administración, otra de dirección, salas de descanso y dormitorios de guardia, entre otras estancias.

Por otra parte, el Instituto de Medicina Legal dispondrá de un aparcamiento en superficie dotado para 23 plazas. El espacio reservado es importante, con lo que se buscará la manera de minimizar el impacto visual. 

El edificio se rematará con una planta cubierta en la que se instalará la climatización con el objetivo de que toda la maquinaria «quede integrada dentro del volumen del edificio para que desde lejos se vea un volumen nítido». Además, el proyecto  plantea que la cubierta de la planta baja, visible desde buena parte del entorno,  disponga de plantas autóctonas  «de bajo consumo» para integrar aún más un edificio «que alberga un programa complejo e introvertido».