Después de unas jornadas lluviosas, el sol se dejó notar y no impidió que el  Día de Todos los Santos fuera, otro año más, una jornada de visita a los seres queridos fallecidos, y el cementerio municipal de Talavera volvió a congregar a miles de personas. No fue el único día, ya que la coincidencia de un puente festivo  ha hecho que las visitas se hayan desarrollado de forma escalonada desde el pasado viernes aunque, como cada año, el 1 de noviembre es la fecha señalada y la que más gente congrega en el camposanto.

El dispositivo coordinado por el Ayuntamiento de Talavera para este día volvió a permitir que la jornada estuviera marcada por la normalidad; también la tregua que la meteorología dio ayer después de varios días con flojas pero continuas precipitaciones.

En el interior, las flores ponían la nota de color en una jornada que suele ser triste, marcada por el recuerdo a familiares  y amigos  que ya no están entre nosotros. Claveles y crisantemos protagonizaban la mayor parte de las tumbas y nichos, que relucían como nuevos después de haber sido puestos a punto por sus familiares en los días previos.

El puente festivo motiva visitas escalonadas al cementerio - Foto: Manu ReinoEl cementerio de Talavera, como los del resto del país, se convirtió en el lugar más frecuentado por la conmemoración del Día de Todos los Santos. Sin embargo, el puente y quizá las nubes del día, provocaron que no se produjera una asistencia masiva de público sino que se notó que las visitas se celebraron de forma continua durante los días anteriores y también, aunque menos, lo harán en los días siguientes.

La presencia de familiares y amigos ha sido continua desde que se inició el dispositivo especial municipal con motivo de esta efeméride. Han sido muchas las personas que, siguiendo las recomendaciones para evitar las aglomeraciones habituales del 1 de noviembre, han preferido acercarse al camposanto el fin de semana anterior. Sin embargo, no todos piensan igual. Otros muchos no han tenido otra opción que hacerlo el festivo, ya que viven lejos de Talavera o porque, siguiendo la tradición, prefieren hacerlo el 1 de noviembre.

Ya en el interior, y después de visitar la sepultura de sus difuntos, el cementerio se convierte en un hervidero de gente, con un continuo encuentro con personas que no se ven en otras épocas del año y que aprovechan dentro o fuera del camposanto para saludarse.

Los accesos al cementerio estuvieron controlados en todo momento. Además de los numerosos aparcamientos que rodean a la instalación municipal, el Ayuntamiento habilita otros 300 aproximadamente de carácter disuasorio en los alrededores para evitar aglomeraciones y facilitar el mejor acceso a los conductores, que no generaron ningún tipo de incidente.

En este dispositivo participaron Policía Local, Cruz Roja, Protección Civil, la empresa concesionaria del servicio de limpieza y la de autobuses urbanos así como los servicios generales del Ayuntamiento de Talavera y los propios operarios del cementerio municipal, según informó en su presentación la concejala de Ciudad Saludable y Consumo Responsable, Marta Ramos.

puestos. En el paseo del Cementerio, los visitantes tenían la oportunidad, como cada año, de comprar flores para el recuerdo a sus difuntos además de frutos típicos de estos tiempos, con especial protagonismo de las castañas.  

Así, era más que habitual adquirir flores en el acceso al cementerio y, por el contrario, hacerse con un cucurucho de castañas a la salida. El trasiego de personas fue una constante durante toda la jornada, en un día de Todos los Santos que parece haber dejado atrás la pandemia y, aunque con una presencia más relajada que otros años, dejó claro que el de ayer era el día fuerte de la festividad. El recuerdo a los seres queridos fue ayer lo más importante del día.