Talavera es la ciudad donde más mujeres se atienden en la provincia de Toledo desde el proyecto 'Santa Marta', que consiste en ofrecer a mujeres que ejercen la prostitución una oportunidad para el cambio y normalización de su vida personal y familiar. En la actualidad, son 7 las mujeres que reciben el apoyo que ofrece esta iniciativa de Cáritas Diocesana de Toledo, la mayoría de ellas de Talavera, ciudad donde hay «muchísima prostitución en pisos», tal y como confirmó a La Tribuna Paloma Martín de Vidales, coordinadora del área de Inclusión Social de Cáritas Diocesana de Toledo y responsable del proyecto 'Santa Marta' durante la inauguración de la muestra fotográfica 'Punto y seguimos. La vida puede más' en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Talavera. 

Se trata de una exposición fotográfica promovida por la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana a través del Departamento de Trata de Personas, que ha recalado en Talavera, de la mano de Cáritas Diocesana de Toledo y de su proyecto 'Santa Marta', con el fin de visibilizar y sensibilizar ante la situación de abuso y explotación de personas.

La exposición, que se puede visitar desde este lunes y hasta el próximo sábado 30 de abril, trata por tanto «de dar visibilidad a una realidad que está oculta en nuestras ciudades», tal y como apuntó Martín de Vidales.  Así, «en nuestros barrios, en nuestras viviendas existe la prostitución y la trata» y con esta muestra se pretende, además de darle visibilidad, transmitir «el drama de estas mujeres, la indiferencia de la sociedad y, como consecuencia, la invisibilidad».

Talavera, la que aporta más usuarias al proyecto 'Santa Marta' - Foto: ReviejoEn cualquier caso, la muestra pretende también aportar «una mirada de esperanza, porque se puede salir». En este reto es donde interviene el proyecto 'Santa Marta', desde donde quieren remarcar que «sin clientes, no existe la prostitución» y dejar claro «que ninguna mujer elige ser tratada ni explotada». «Han sido violados todos sus derechos y por eso están donde están», expuso, indicando que la mujer «elige venir o salir de su país para trabajar, no para que nadie la explote, la venda y se haga un uso de su cuerpo».

Por ello, desde el proyecto 'Santa Marta' llevan a cabo un trabajo conjunto con entidades y con la Policía «para liberar a estas mujeres de esta esclavitud». A través de esta iniciativa se busca también «decir a la mujer que quiera salir, que es posible y que 'Santa Marta' puede apoyarlas para conseguir una vida esperanzada y libre de ataduras».

Mediante este proyecto de ámbito provincial que está cofinanciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y que cuenta con una psicóloga y con la responsable, se atiende en estos momentos a siete mujeres. Como explicó Martín, la mayoría de ellas se encuentra en la primera fase del proyecto, «tomando la decisión, viendo si lo dejan o no, intentando salir, pero a veces es complicado».

Como indicó Martín, en la actualidad «los prostíbulos están en desuso y la gente está consumiendo sexo directamente en pisos normalizados», con lo cual «se ha invisibilizado mucho más a la mujer». En esta situación están la mayoría de mujeres a las que se está prestando apoyo con este programa, que cuenta con una segunda fase de recuperación personal que se extiende entre 3 y 4 meses. Le sucede una etapa de formación personalizada que da paso a otra fase de inserción laboral.

«Es un proceso largo que puede durar un año y medio más o menos», desde que la mujer da el paso de querer salir del contexto de prostitución hasta que se inserta en el mercado laboral.

Al proyecto llegan de la mano de los servicios sociales y de entidades que trabajan con estas mujeres de manera directa. El año pasado, desde 'Santa Marta' atendieron a 12 mujeres. Martín confirmó que «en Talavera hay mucha prostitución, hay muchísima en pisos» y, de hecho, es en la actualidad, el punto donde más mujeres atienden.

Todo este contexto queda reflejado en la exposición 'Punto y seguimos. La vida puede más', una muestra itinerante de fotografía  que hace un recorrido por el drama vivido por las personas que han sufrido situación de trata, la indiferencia y la esperanza de una vida libre de la explotación, con la implicación de la Iglesia y de la sociedad civil.

El autor de las fotografías es Fernando Mármol Hueso y sus imágenes, con protagonistas reales, se acompañan de pequeños relatos también reales que pretenden transmitir cómo se siente una mujer que está siendo tratada.

Como explicó a este diario José María Cabrero Abascal, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Toledo y de Migraciones y Movilidad Humana de la diócesis, el objetivo de esta muestra es «romper la indiferencia» de la sociedad «para no ver y no escuchar el grito» de quienes sufren esta situación de prostitución, que representa «el tercer negocio mundial, después de la compra-venta de armas y de las drogas». Además de romper con esto, se pretende «que se vea la dignidad de estas personas» y «sufrir de alguna manera con ellas el dolor del maltrato, del abuso, de la exclusión, del insulto, de la denigración». La intención es «ayudar a que se las mire con respeto».