Empieza la tala en los jardines del Prado

C. S. Jara
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La rehabilitación se sumerge ya en la fase más intensa, con la intervención sobre la masa arbórea, buena parte de la cual será sustituida por el mal estado que presenta

Empieza la tala en los jardines del Prado - Foto: Manu Reino

Después de meses de espera a la temporada más favorable y de semanas de preparativos, los trabajos de rehabilitación de los jardines del Prado han entrado en una nueva fase. En la última semana se han intensificado las actuaciones, con el inicio de la tala de algunos de los 250 árboles que van a desaparecer o a cambiar de ubicación. La tala de árboles es una de las actuaciones más llamativas, que se iniciaba hace ya algunos días. El proyecto de El Prado que está acometiendo la empresa Iniciativas RFE, S.L. contempla la reposición de más de la mitad de los 439 árboles que hay en los Jardines del Prado, porque se encuentran en mal estado, envejecidos o mal ubicados.

El Ayuntamiento ha querido esperar a la época más favorable del año para iniciar esta parte de los trabajos, una de las más intensas y de las primeras que se van a acometer. Los jardines se cerraron a mediados de septiembre para iniciar las obras, si bien durante varias semanas se ha estado trabajando, primero en el vallado perimetral, y luego en la preparación de la intervención. 

El cierre se extenderá durante un plazo de entre seis y nueve meses, durante el cual se privará a los talaveranos de uno de los espacios urbanos más queridos y con mayor significación. En la rehabilitación del espacio, además de en el arbolado se intervendrá en el resto de espacios verdes, que suponen un 35 por ciento del parque, además de la mejora del firme de los paseos y la reparación de las fuentes, estanques y otros elementos arquitectónicos, de acuerdo a su diseño original. 

La intervención sobre el área verde aportará armonía y colorido, e incluso los olores de la floración; además, se mejorarán espacios, así como la red de riego y la de saneamiento, ahora prácticamente inexistente.

Con una inversión de 1,1 millones, el proyecto amplía la superficie dedicada a plantas de temporada o parterres de arbustos e incluye una rosaleda, encargados de aportar colorido al parque. Tras esta primera fase se contempla una segunda , en la que se intervendría para recuperar la abundante cerámica de diversas épocas existente en el parque, declarado jardín histórico.