Sonseca disfrutó con las 'Promesas de Nuestra Tierra'

Mario Gómez
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La terna abandonó el coso en hombros tras una interesante tarde de toros. La 'Olivilla' lidió un notable encierro, donde destacó 'Bobito' número 194, premiado con la vuelta al ruedo

Bobito embistió con bravura a la muleta de Sergio Céspedes - Foto: Mario Gómez

Promesas de Nuestra Tierra volvió por tercer año a Sonseca. La confianza de Manuel Amador, se vio correspondida por los aficionados cuajando los tendidos del vetusto coso granítico. Los sonsecanos pusieron todos los ingredientes que estuvieron de su parte para que el festejo fuera un éxito; hasta los novillos fueron de la ganadería local, que más allá del paisanaje, defendieron con bravura la responsabilidad de ser lidiados en el pueblo.

Y el cenit llegó en un gran quinto. De nombre Bobito, lo único que tuvo ‘sucio’ fue su pelaje. Un jabonero sucio que embistió de forma clara a la muleta de Sergio Céspedes y que se arrancó con alegría cada vez que vio al novillero ofreciéndole la pañosa. La plaza fue un auténtico manicomio ante el torrente de embestidas del animal, y a pesar que por el lado izquierdo el aire dificultaba la tarea, al volver Céspedes a la mano diestra, el trasteo volvió a aumentar en decibelios.

Las entretandas fueron clave para mantener el ambiente, a pesar de lo cual, en el momento más álgido de la faena el novillero optó por tomar la tizona. A pesar de los gritos de «no lo mates» y los de «sigue toreando» hizo caso omiso y nos privó de, al menos haber visto varias tandas más de un animal que atesoraba exquisita bravura. Solamente lo dudó un momento, y no dio opción a más tirándose con rectitud y, eso sí, dejando una gran estocada. Vuelta al ruedo a Bobito, y el novillero paseó el doble apéndice muy contento junto al ganadero José Manuel Galán.

Nacho Torrejón se mostró rotundo y paseó Cuatro orejas.Nacho Torrejón se mostró rotundo y paseó Cuatro orejas. - Foto: Mario GómezEl lote de Céspedes se compensó con el mejor y el menos bueno del encierro. El segundo de la tarde embistió con embestidas inconstantes y algún que otro arreón. El novillero quiso estar aseado y anduvo voluntarioso sin terminar de romper la faena. Manejó de forma certera el descabello y saludó una ovación.

Nacho Torrejón es sin duda uno de los novilleros sin picadores con más oficio de la actualidad. Lo demostró en una solvente actuación en la que paseó cuatro apéndices y en la que no se vio superado en ningún momento por las vicisitudes de sus oponentes. Toreo de concepto claro, suavidad en los toques y búsqueda del trazo largo y la verticalidad. Ante el bonito tercero, supo encelarlo y exprimirlo antes de que lo arrollase en las ceñidas manoletinas con las que cerró el trasteo. En el sexto Tomás López reverdeció laureles, en la misma plaza que le vio tomar la alternativa hace 19 años, con una lidia impecable y jaleada en banderillas, completando una tarde donde ya se había desmonterado tras parear al tercero junto a JM Cobo. Con la muleta, Torrejón, logró entablar una faena de mucho gusto basada en la solvencia y el temple; redondeando una gran actuación.

Aarón Infantes mostró mucho valor en su primero al echarse de rodillas para comenzar la faena de muleta en los medios. Fue por el derecho por donde destacó el novillero de Alcázar de San Juan, en una faena aseada en la que cortó una oreja. Otra más sumó del cuarto, un animal que tuvo una lidia desastrosa en banderillas, por cantidad y escasa calidad de los capotazos y que cambió de tercio con escasos cuatro palos. En la muleta, Gavilán, a pesar de su volumen embistió con argumentos y se antojó escaso lo reflejado en el ruedo. Se afanó el novillero en tandas cortas y el animal iba a más cuanto mayor era la duración de las mismas. Mató bien y eso le valió el trofeo.