Jesús Morales

Nada particular

Jesús Morales


Simpáticos y bochorno

22/06/2021

No digo que José María Aznar cuando gobernaba te recordara la alegría de la huerta, ni que ver su cara adusta y áspera fuera ningún deleite, pero confieso que prefiero mil veces toda esa sequedad y soportar su cara de palo seco tipo castellano viejo  a la vergüenza que pasé el otro día cuando vi correr a Pedro Sánchez como un poseso detrás del presidente Joe Biden con el objeto de ¿arrancar una foto como si le arrancaran una muela? O lo que fuera que quisiera Sánchez del mandatario norteamericano. ¡Qué vergüenza! ¡qué triste momento e impresionante humillación para todo el país que supongo representa  y se llama España! imagino que algunos compatriotas debimos pasarlo peor que cuando nos contaron la falacia de la leyenda negra o en el siglo XIX al recibir las noticias del desastre de Trafalgar; España, sin dárselas de nada en el mundo actual,  no merece, de verdad que no merece, tal afrenta protagonizada por el individuo que dicen, está al mando del poder Legislativo de la nación. Esa carrerita dolorosa y humillante parece que duró unos treinta segundos aunque  a mí -y sólo como espectador- se me hizo muchísimo más larga: vergüenza y ‘tierra trágame’; sólo encuentro algo parecido en aquellos condenados por la Inquisición que lo debían pasar fatal sintiéndose  tan afrentados como yo cuando eran trasladados desde la cárcel al cadalso con el sambenito en la cabeza, expuestos a la burla popular hasta que los ajusticiaban. No perdono a Sánchez tanta humillación ¿Pero este hombre no tiene asesores, ayudantes, consejeros, alguien que le diga sinceramente que con  ese paseíllo estaba a punto de hacer un ridículo cósmico?
Como me gusta mucho citar al españolazo Unamuno que dice Miguel Méndez, voy a escribir lo que pensaba el vasco de las servidumbres de la simpatía. Según escribió «la simpatía se cobra muchas veces a costa de la autoridad y el respeto»: lacha, servilismo y bajeza; muchos representantes españoles han servido últimamente de burla, por ahí, tenemos a Zapatero a quien pillaron dando cabezadas como un tronco en una importante conferencia, al mismo Zapatero sirviendo de burla a los otros representantes extranjeros en no sé qué cumbre, a las televisiones extranjeras haciendo montajes con su cara y el mismísimo míster Bean etc. Pero eso esa búsqueda irreflexiva de  la ‘foto’ al precio que sea les ha traído consecuencias contrarias al efecto buscado.  Ahí está el mismo Aznar con su foto de las Azores u otra con no sé qué hijo de un sátrapa  africano, un tal Ribal Al Assad,  o aquel gobierno socialista que apareció en las portadas de toda  la prensa con  las ministras vestidas con las pieles más caras y los trapos más exclusivos de las más selectas firmas del universo de la moda.
Lo que me gustaría es que a nadie se le olvide el mal rato que hemos pasado en esos pocos pero muy densos momentos del paseíllo de Sánchez a la hora de votar o lo que sea.