Ignacio Ruiz

Cabalito

Ignacio Ruiz


Volumen y respeto

01/06/2022

Será cuestión de días o, será por las horas o por la primavera, pero el volumen de las personas está demasiado alto últimamente. Pero no sólo ha aumentado en decibelios, también en intensidad. Desde que retomamos esto de la normalidad, hemos tomado por 'normal' el vocear, más que hablar, el gritar; más que comunicar, el bocinazo, más que el mero comentario.
A ver si es verdad que con las vacunas nos inocularon un par de puntos más en el volumen de la voz. Pero no sólo queda ahí, es que además de la estridencia, también ha subido la temperatura en las conversaciones. A la mínima, algún exabrupto o incluso alguna chulería, porque el respeto ha disminuido a la misma velocidad que ha aumentado el ruido.
Aunque también es llamativo que, los que las matan callando, esos que no vocera pero encizañan, han aumentado también su intensidad. Los que les gusta hablar sin decir nada, esos que faltan al respeto de la inteligencia del resto de la población. En este caso, hay unos pocos en materia de gobierno municipal o regional, con el altavoz de la TV regional que hace propaganda apologética de sus desconocidas bondades.
Aún espero, con esperanza, las camisetas negras por el uso propagandista de los medios televisivos durante la pandemia, o la lucha por la libertad de expresión y de información ante las prohibiciones para emitir imágenes del caos sanitario que seguimos viviendo O unas batas blancas en protesta por la manipulación torticera de las estadísticas de lista de espera. O, tan sólo, un comentario público sobre el inadecuado estado de algunos al hacer declaraciones.
Para esto se exige silencio y cuando hablan mal de la Monarquía, de la oposición o de propuestas de cambios, se sube el volumen del ruido, no vaya a ser que los que callan se vayan a dar cuenta de que están cada día más equivocados y terminen cambiando el sentido de su voto.
Llegará el momento en el que declararán zonas especiales de silencio, como hacían con las ZEPAS, totalmente caprichosas e infundadas, de manera que nos callaremos para que no se sientan violentados al descubrir lo poco útiles que son para nuestras ciudades y nuestros pueblos. El respeto a la izquierda exige volumen alto frente a los otros.