Ya son cuatro los casos sospechosos de viruela del mono en Castilla-La Mancha, dos de ellos en la provincia de Toledo. Así lo dio a conocer este miércoles el director general de Salud Pública, Juan Camacho, a preguntas de los periodistas momentos antes de la inauguración de las Jornadas de Salud Pública frente al Tabaco celebradas en el Instituto de Ciencias de la Salud (ICS) de Talavera.

El responsable regional de Salud Pública trasladó que, en este momento, hay dos casos sospechosos en la provincia de Toledo -ninguno de ellos en el área sanitaria de Talavera- y otros dos en la provincia de Guadalajara.

Como indicó, de los cuatro casos «se están realizando los estudios pertinentes» y se han enviado las muestras al Centro Nacional de Microbiología (CNM), donde se procede a la caracterización. Según dijo Camacho, se espera que a lo largo de esta semana se conozcan los resultados, al menos de los primeros casos remitidos desde la región.

La cifra actual duplica a los casos de los que se tenía constancia hasta este miércoles, cuando se hablaba de dos en total, uno en la provincia de Toledo y otro en la de Guadalajara. Por el momento, no se han registrado en el resto de provincias de la región, si bien el director general de Salud Pública señaló que el diagnóstico de la viruela del mono «es algo vivo» y se va haciendo «de una manera obligatoria urgente» cuando se tiene constancia de un posible caso, por lo que cambia «de una manera dinámica» esta cifra.

Como indicó Juan Camacho, los síntomas a los que hay que prestar atención son que la persona presente una erupción cutánea que aparece primero en forma de manchas, después como vesículas y posteriormente pústulas. También puede ocasionar fiebre alta, dolor de cabeza y dolor muscular.

Cuando un paciente con esta sintomatología acude al médico, si éste detecta esta sospecha clínica, se realiza un primer estudio epidemiológico y si realmente existe esa sospecha, «se recogen las muestras, se envían al CNM y se activa toda la cascada de investigación epidemiológica». Consiste, entre otras cosas, en saber «cómo se ha movido esa persona, si ha habido alguna circunstancia de riesgo y el estudio de contactos».