La acusación del delator: «Me la traéis atada y os vais»

J.M.
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El testigo protegido, colaborador de la Guardia Civil, denunció las intenciones de un antiguo compañero de prisión y supuesto líder del plan de secuestro y asesinato

La acusación del delator: «Me la traéis atada y os vais»

Un biombo separaba ayer al testigo protegido de los dos acusados en la Audiencia Provincial. No obstante, los tres ya se conocían. Sobre todo, el delator y Benito, la «voz cantante» del plan de secuestrar y asesinar a una mujer de la que supuestamente se enamoró en Quintanar de la Orden sin ser correspondido, según el testimonio de los guardias civiles y la acusación de la Fiscalía. Ambos habían coincidido años antes de los hechos en el Centro Penitenciario de Aranjuez y se reencontraron hacia 2015 en la estación de autobuses de Méndez Álvaro.

No fue casual sino que el principal acusado llamó al ahora testigo protegido. Este hombre desconocía a la víctima, pero Benito ya profirió en esas primeras cervezas insultos contra ella y la acusaba de que lo había engañado, según el testigo. Más adelante, Benito propuso supuestamente el plan de raptar a la mujer: «Me la traéis atada y os vais», recordó el delator que ordenó el autodenominado «jefe», apodo que mencionaron los guardias civiles.

Pero el testigo protegido había colaborado anteriormente con la Guardia Civil y no dudó en informar a los agentes de la planificación mientras seguían los encuentros. De ahí las grabaciones que apoyan la investigación.

«No tiene nada de jocoso esta investigación. Denotaba peligro inminente para la víctima», aclaró el instructor policial ante el tribunal. Benito ofreció una jugosa cuantía económica para ejecutar el secuestro. «Decía que era el jefe. Decía que pagaba y mandaba», aseveró el mando de la Guardia Civil, que involucró de lleno también a Sebastián, «el señor chatarrero», según el apelativo del testigo protegido.

Precisamente, la diferencia entre Benito y Sebastián, cuya amistad sería la base de la colaboración, radicaba en dónde llevar a la víctima porque el segundo no quería que acabara el cuerpo en la chatarrería, según la Guardia Civil. No obstante, las inspecciones dieron con una especie de foso, cuyo origen o finalidad no ha quedado claro. El agente concedió que los mensajes de Sebastián resultaban contradictorios porque también intentaba disuadir a Benito de la consumación.

Los expertos de la Guardia Civil dan credibilidad a la preparación del secuestro y asesinato de la víctima, una mujer extremeña que aterrizó en 2014 en Quintanar de la Orden en busca de trabajo. Y se lo dio en primera instancia Sebastián por mediación de Benito. «Me dijo que se había enamorado de mí y quería ser pareja mía», rememoró esta mujer, quien explicó a Benito que tenía novia.

Entonces, asegura que el principal acusado amenazó a su novia durante una visita y frecuentaba su casa con cualquier excusa. Al poco, la mujer abandonó Quintanar y regresó a Extremadura. Casi no volvió a saber nada de Benito hasta que la Guardia Civil le informó de los planes homicidas. A la víctima aún le dura el miedo.

La segunda y última sesión está prevista hoy a las 10 de la mañana en la Audiencia Provincial. La Fiscalía, que considera a ambos coautores en el escrito de acusación, pide de momento 13 años y medio de prisión para Benito por un delito de proposición para cometer asesinato y otro de proposición de secuestro. Y para Sebastián, 10 años y medio por estos mismos delitos.

Los procesados intentan culpar del plan al testigo protegido

Benito declaró como acusado principal con ambas manos cruzadas hacia atrás. Sin alterar el gesto. Camisa azul larga, pantalón granate y zapatillas negras. «La relación no se estropeó. Se quedó sin trabajo en Quintanar decidió marcharse a su pueblo. Si nos veíamos, nos saludábamos», aseguraba ayer ante el tribunal el principal señalado por la Fiscalía, quien reconoció que le planteó a la víctima salir juntos pero la mujer lo rechazó.

Benito relata que halló casualmente el teléfono del antiguo compañero de cárcel, lo llamó y quedaron. «De pitorreo, me dijo: «¿Quieres que la secuestremos? Yo pensaba que era de broma», aseguró el acusado tras sacar en la conversación sus cuitas con la mujer.

Según Benito, quedaron otra vez y el testigo continuó con la propuesta del plan de secuestro. «La idea no es de nosotros», defiende para acusar al delator, de quien aseguró que decía en prisión que era el secretario del juez Garzón y en el momento de los hechos aseveraba que tenía un helicóptero.

«No veo a Benito capaz de hacer esto», subrayó Sebastián, quien negó que el principal acusado estuviera obsesionado con la mujer y culpó también al testigo protegido. «A mí déjame de líos. Es una tontería», respondió supuestamente a la proposición del delator.

En este sentido, Sebastián explicó que excavó el foso antes de conocer a Marta con un fin recreativo, pero luego cambió de idea y quedó el terreno descubierto.