Las piedras de Toledo hablan

M.G
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El periodista Miguel Larriba publica 'La historia de Toledo en cien piedras', de la editorial Ledoria, un libro divulgativo que busca enganchar al lector en la aventura de buscar piedras en el Casco

Las piedras de Toledo hablan - Foto: LT

En una ocasión, el actor Luis Tosar comentó que en Toledo la piedra tenía mucho peso. Lo hizo en una entrevista para La Tribuna durante el rodaje de 'Te doy mis ojos', abrumado por un Casco Histórico plagado de monumentos, de muros, murallas, rocas, cantos rodados y un sinfín de elementos patrimoniales que enseñan, esconden historias y respiran patrimonio.

«Toledo es inagotable». Lo dice el periodista guadalajareño Miguel Larriba, un eterno curioso que recorre el Casco a diario en busca de más historia, más tesoros, más patrimonio desconocido o poco valorado. Y gracias a tantos años de interés y de contacto con arqueólogos, historiadores y otros especialistas decidió hace relativamente poco escribir un libro dedicado a las piedras, porque también se merecen su lugar en Toledo. 

Las Cuevas de Hércules acogen esta tarde la presentación de su nuevo libro, 'Toledo en cien piedras', publicado por la editorial Ledoria. Estará acompañado por el director de la Real Fundación, Eduardo Sánchez Butragueño, el gerente del Consorcio, Jesús Corroto, el arqueólogo Ramón Villa y el director de la editorial, Jesús Muñoz, y la convocatoria promete hablar del futuro del Casco, de la necesidad de que vuelva su mirada a los residentes, de la política rehabilitadora, de las oportunidades de conservación del patrimonio, y de las dificultades que arrastran desde hace años los conventos en la ciudad. 

«Toledo se merece un poco más de respeto del que tenemos». Larriba está convencido de que la ciudad «no lo soporta todo» y hay que  tener claro el camino para evitar «hacer del Casco un parque turístico». Por este motivo, el autor se ha volcado en este último proyecto para dar a conocer a los lectores un buen número de piedras que dicen mucho, aunque algunas hayan perdido su importancia, otras sigan ocupando un lugar relevante en el patrimonio y algunas muestren historias que poca gente conoce.

Larriba lleva recopilando información desde hace 38 años, los mismos que lleva viviendo en Toledo, donde ha desarrollado buena parte de su actividad profesional. El proyecto no parte de la necesidad de convertirse en un volumen enciclopédico, más bien se trata de rescatar historia y memoria. «Es un libro dirigido a todo el mundo, pero especialmente a los lectores que no tengan mucha idea de Historia porque es ameno y está escrito con un lenguaje sencillo», explica. Además, ha dedicado una página a cada piedra y el lector elige cómo leerlo porque se puede empezar por cualquiera de ellas. Y va mucho más allá porque ha decidido incorporar un plano descargable en QR para animar al lector a la aventura y a localizar cada una de las piedras del libro, tanto las que se encuentran más a mano como las que pasan desapercibidas porque se fusionan con más materiales. 

«Quería implicar al lector y Toledo atrae mucho», reconoce Larriba, que se ha empeñado en buscar una segunda lectura más allá del conocimiento para concenciar sobre la importancia del patrimonio.  

Riqueza En su libro hay piedras enigmáticas, valiosas, insignificantes, con mensajes, con inscripciones, con historias trágicas detrás, pero todas ellas comparten que tienen mucho que decir «en una ciudad milenaria». En este caso, Larriba destaca el ripio, ese relleno elaborado a base de piedrecitas y de otros materiales utilizado en muros y en pavimentos «que dan una gracia especial a la construcción». 

Sin embargo, el autor lamenta «que los ripios antiguos hayan desaparecido» y algunos pasen desapercibidos, como ocurre en el torreón de la Puerta de Bisagra, «donde se produce un efecto brillante al atardecer únicamente con piedras humildes».

Algunas piedras grabadas siguen  destilando secretos y enigmas a pesar de investigaciones y estudios. Larriba destaca las cruces grabadas que se encuentra en el Casco, muchas más de las que en principio se pensaba que había. No se sabe qué representan e incluso en su momento llevó a cabo un estudio más pormenorizado. También ahonda en las columnas árabes con inscripciones y lamenta que a pesar de su importancia patrimonial en estos momentos se tomen «como un simple elemento decorativo».

Las piedras hablan y no tiene dudas. Larriba relata la que se haya a la salida del Puente de San Martín, que aún hoy mantiene una inscripción grabada que indica que ahí mataron a una mujer, aunque no se desvela el nombre, pero sí se sabe que procede de 1690. «En torno a este puente ha habido dos asesinatos de mujeres muy comentados en la ciudad». El autor plantea este ejemplo en relación con la problemática de la violencia machista actual para denunciar «lo poco que hemos avanzado» a pesar de la distancia temporal.

Para conocer más curiosidades habrá que asomarse a todas estas piedras con tanta vida y tanta historia.