El 'casino', el café de Rick de Mazarambroz

J.M.
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La nueva junta directiva ha renovado la instalaciones de esta institución centenaria para frenar la languidez que amenazaba al círculo recreativo. Conserva 200 socios

El interior remozado del casino de Mazarambroz.

Los casinos culturales o recreativos se propagaron por los pueblos de España en el siglo XIX y principios del XX como sociedades de recreo donde entablar las tertulias, jugar a las cartas o echarse unos bailes. Hace más de un siglo, se calcula que hubiera más de 2.000 por todo el país. Heredada del italiano, la palabra casino, al margen de los posteriores vinculados al juego, evoca entidades anudadas a una época quizá caduca. Sin embargo, Manuel, Felipe, Cristóbal, Félix, Ángel y dos luises, oriundos de Mazarambroz y socios toda la vida, han apostado por modernizar las dependencias centenarias y dar vigor a una institución que ha languidecido la última década.

Así lo cuenta a este diario el secretario del Círculo Recreativo de Mazarambroz, Felipe García, quien se incorporó a los 20 años como socios y más 50 años después aspirar a multiplicar la vida del ‘Casino’, como se conoce en la localidad. Tanto, que esta nueva junta directiva que aterrizó en verano ha invertido dinero en la renovación de las instalaciones, que ocupan una superficie de 450 metros cuadrados entre el Ayuntamiento y la iglesia. Los ventiladores de techo aportan ese ingrediente de círculo social que pretender conservar la nombrada ahora, sólo oficialmente, como asociación.

Los siete integrantes recuerdan al grupo de diez vecinos que decidió la constitución del ‘Casino’ hace ya un siglo al hilo de la corriente que se extendía por toda España. Esta junta directiva primitiva adquirió el conjunto de propiedades que a día de hoy todavía conserva la sociedad. En los años 60, todo Mazarambroz iba a la institución, al estilo del café de Rick en la inmortal película ‘Casablanca’. Pero hasta los 70, con Felipe como presidente, no se permitió la incorporación de las mujeres como socias.

Pedro, el nuevo conserje, en el bar del casino.Pedro, el nuevo conserje, en el bar del casino.«Era la institución de la localidad, un lugar de encuentro y para el entretenimiento para jugar a las cartas, al ajedrez o a las damas desde el mediodía hasta las 11 de la noche», concede el también exalcalde de Mazarambroz, un municipio de unos 1.200 empadronados perteneciente a los Montes de Toledo. Poblaciones cercanas como Ajofrín o Sonseca cuentan también con unos casinos con vida.

La mejor época del casino congregó a 350 socios y, pese a la languidez de la última década, todavía conserva 200 afiliados, que pagan una cuota simbólica de un euro al mes para mantener el local de la calle General Lacy. «El local es hermoso y amplio», presume Felipe después de unas obras que pretenden devolver la esperanza a la institución para que se mantenga por lo menos «otros 100 años» porque la deriva adquirida hacía posible un cierre más o menos venidero.

Pedro, el nuevo conserje, atiende desde el pasado día 8 a los socios para que el ‘Casino’ vuelva a recobrar el sabor de la unión de un pueblo. Y Manuel, un policía jubilado, ejerce como presidente de esta institución que permite la afiliación a todos los mayores de 18 años, o de 16 con autorización.

Parafraseando el final de la película ‘Casablanca’, ojalá la reapertura sea el inicio de una hermosa prosperidad para el casino de Mazarambroz.