Creer en el talento innato de una persona, está en un punto de abandono total. No se valora el mérito, ni la capacidad individual de las personas y, menos, aquellas talentosas que cuentan con un don. El que sea.
En las últimas semanas se estaba levantando una pequeña polvareda con la polémica que rodea al joven jugador del Real Madrid, Vinicius José Peixao de Oliveira Junior. El joven Vini, de apenas 22 años. Un delantero driblador, brasileño y con un gusto por el fútbol de calle muy marcado que provoca que los defensores, mucho mejores que aquellos que jugaron décadas atrás, sufran al ver que un jovenzuelo les deja con la cadera rota, sin resuello y cabizbajo por el troleo constante al que los somete, futbolísticamente hablando.
Puede gustarte más o menos un equipo de fútbol, te puede gustar más un estilo de juego que otro, ser más seguidor de Clemente que de Guardiola, o viceversa, pero el talento en el fútbol, es tan escaso, que cuando llega alguna perla se nota y los focos le apuntan.
Cuando Messi conducía el balón con un guante en el pie, en los tiempos en que con Guardiola escondían el balón hasta aburrir a las ovejas del Camp Nou, todos los medios pedían protección para Leo. Era una rara avis que tenía que ser defendida, protegida y cuasi disecada para no perder nunca esa esencia.
En cambio, el postadolescente Vini, con 22 añitos, tuvo que soportar otra campaña previa en la que se le echaban encima por su falta de acierto de cara a gol. Cuando consiguió corregir aquella situación sufre una campaña en la que le insultan día sí y día también, con carácter vejatorio, racista y xenófobo. Y, ahora, porque bailoteo al marcar un gol es un desconsiderado, por hacer regates continuamente es un provocador, por tirar un par de caños tres sombreros y hacer 4 bicicletas se merece que le tronchante un tobillo, le partan la cara y se rían de él en su cara.
Pues yo estoy con Vinicius. Ya está bien de borreguismo de lata. De advenedizos, sin valía ni talento, sin carisma ni capacidad que sólo saben destruir y nunca crear para el equipo. Vamos Vini, regatea lo que quieras, tú sí tienes ese don.