El Ayuntamiento de Toledo solo va a eximir cuatro meses a bares y restaurantes el pago de la tasa de terrazas, de septiembre a diciembre. Tampoco les van a pasar el recibo de enero y febrero, pero es que estuvieron cerrados (con la pandemia y la nevada) de manera que no es un regalo sino pura justicia. Por lo tanto de marzo a agosto, los meses de más demanda de estas licencias, todos tendrán que pasar por caja.

El Gobierno municipal facilitó ayer esta información a través de la tesorera municipal quien explica que se va a tardar hasta septiembre a causa de la burocracia que hay que cumplimentar para tramitar la exención dentro de las Ordenanzas Fiscales.

La concejal de Hacienda, Mar Álvarez, añade que se trata de una bonificación que no puede ser retroactiva, de manera que los hosteleros pueden prepararse para pagar sin excepciones.

Pero en las cuentas de la concejal socialista sale que  se cumple el compromiso de la alcaldesa en cuanto a liberar el pago durante seis meses, aunque durante dos de ellos los empresarios no se hayan beneficiado (de hecho si hubieran abierto sus terrazas tendrían que pagar, ya que no cabe la retroactividad).

En otro orden de cosas, el millón de euros prometido para dar nuevas ayudas directas a pymes y autónomos de la ciudad también está parado en espera de cubrir su tramitación para autorizar la apertura de la convocatoria.