Toledo nunca deja de sorprender. En cualquier rincón de la ciudad permanece oculta una historia que lleva años esperando a ser contada. Eso precisamente les ha pasado en el restaurante Ginos, situado en el antiguo edificio del Casino de la ciudad, en la plaza de la Magdalena. La empresa de restauración se instaló hace ya algunos años en el histórico inmueble, procediendo a su rehabilitación. Con el tiempo, los nuevos propietarios se percataron de que la enorme puerta de hierro de acceso había comenzado a oxidarse como consecuencia de la lluvia y el baldeo de la calle, y procedieron a su restauración. El Casino es uno de los pocos edificios de la zona que conserva su fachada original desde antes de la Guerra Civil, y aún hoy se pueden observar los impactos de bala del asedio del Alcázar en rejas, ladrillos y, como no, la propia puerta. Fue precisamente ahí, dentro del doble contrachapado del portón, donde los restauradores se encontraron con un particular tesoro ocultó allí desde hace años.
Se trataba de los casquillos de las propias balas causantes de los orificios y, además, de todo tipo de objetos que parece que los toledanos fueron alojando en el interior de la enorme cancela de hierro. Canicas, décimos de lotería y, principalmente, un pequeño trozo de papel que destacaba sobre el resto.
Era una vieja fotografía, perfectamente conservada. En ella, cuatro mujeres y una niña posan para la cámara apoyadas en un elegante Citroën 11. Tres de ellas son prácticamente adolescentes y visten sus mejores galas. No se identifica bien el lugar donde fue tomada la foto, pero no parecía Toledo.
Juan Gallardo, uno de los socios del restaurante Ginos, se quedó con la particular foto, con la idea de mostrársela algún día a un buen amigo suyo amante de la fotografía. Se trataba de Eduardo Sánchez Butragueño, el autor del conocido blog de fotografía histórica Toledo Olvidado. Hace unos días Juan entregó a foto a Eduardo, que la colgó en sus redes sociales a la espera de que internet hiciera su magia. Y vamos si la hizo.
En cuestión de veinte minutos ya había alguien que reconocía la foto. Se trataba de una mujer que identificaba en ella a su madre, Marta Alarcón (primera por la derecha) y a su tía Carmen. La foto fue hecha en Gálvez sobre 1958 y el resto de mujeres de la imagen son todas familiares. Pero, ¿qué hacía esa foto dentro del portón de hierro del Casino?
Resulta que la familia de Marta regentaba un bar muy próximo al viejo edificio, en la misma plaza de la Magdalena. Se trataba de ‘El Nido’, un establecimiento mítico para los toledanos más castizos que, casualidades de la vida, aparece además reflejado en un libro que este sábado presenta Ricardo Sánchez Candelas (‘Galdós en Toledo, mis andanzas con Ángel Guerra’), el padre del autor del blog que acababa de aclarar el misterio de la foto.
Parece que las casualidades muchas veces no existen, y que el destino cierra con tino sus círculos. Sesenta años después se encuentra una estampa familiar y en cuestión de minutos se identifica a las protagonistas. Sólo queda un fleco pendiente, que es saber por qué acabo la fotografía alojada en el interior del portón. Un recuerdo para la posteridad, un descuido, una broma o quizás un arrebato amoroso… las posibilidades son muchas, pero la única certeza es que Toledo aún alberga muchas sorpresas que merecen no ser olvidadas.