El concejal de Limpieza Viaria, Ramón Lorente, Mónica Moreno, secretaria general de Cáritas Diocesana de Toledo, y Francisco Villacampa, gerente de Inserta Toledo, han presentado la renovación de lo contenedores de ropa usada que se está llevando a cabo en la ciudad con la novedad de que llevan incorporado un sensor que permite conocer a distancia el volumen de llenado. Dentro del convenio de Cáritas con el Ayuntamiento de Toledo hay 26 contenedores rojos repartidos por todos los barrios y se van a sustituir el 34% (en calle Río Guadalmena, Plaza de Santa Bárbara, Paseo de la Rosa, calle Río Alberche, calle Reino Unido, Avenida de Barber, Avenida de la Reconquista, calle Atenas y Academia Infantería).
En 2022 en la ciudad se recogieron 287 toneladas de ropa usada que está considerada como un residuo puesto que la industria textil es la segunda más contaminante de todo el planeta.
Los contenedores han sido homologados, cuentan con un alto nivel de seguridad y llevan instalado un sensor que permite saber el nivel de capacidad ocupado lo que permite hacer rutas más eficientes para la recogida al hacer menos kilómetros y consumir menos gasolina. Cáritas tiene 165 contenedores en 86 localidades y se van a ir sustituyendo en toda la provincia.
Agradecen al Ayuntamiento de Toledo el acuerdo permite a Cáritas prestar un servicio que la ley de residuos establece como obligación por parte de las administraciones locales y subrayan que con la empresa de inserción está gestionando casi el 70% de la ropa usada en la ciudad.
Inserta Toledo, empresa de inserción sociolaboral de Cáritas, es un proyecto social, «lo que nos interesa son las personas, la ropa es una excusa. Estamos creando empleo digno y real para 12 personas en exclusión social», indica Villacampa.
En la provincia se han recogido 868 toneladas, eso significa un leve descenso respecto a 2021 achacable al contexto económico donde hay un menor consumo de textil, pero son niveles superiores a 2020 que fue la pandemia. Desde que se constituyó la empresa de inserción han recogido más de 1.300 toneladas de ropa en la capital y en la provincia se llega a las 3.500 toneladas de ropa usada en las 86 localidades.
La ropa se traslada a una nave del Polígono, se clasifica y prepara para la reutilización en los casos de ayuda social a personas que lo necesitan a través de alguna Cáritas parroquial y entidades del tercer sector, incluso el hospital Universitario esta semana pidió ropa para una ayuda social. Otro lote va a la tienda 'Moda Re' y el resto termina en las plantas de reciclaje propiedad de Cáritas (en Barcelona, Valencia y Bilbao).