Como cada jueves el Auditorio del Museo del Ejército abre sus puertas para acoger una conferencia sobre Alfonso X.
En la tarde de ayer, y bajo el título 'Alfonso X, emperador cristiano. Órdenes militares y guerra santa', el profesor y doctor universitario Carlos Ayala, versó sobre la faceta guerreadora del monarca así como las aspiraciones a proclamarse emperador que poseía.
Una alocución que pobló bastante el auditorio militar y que como el propio Ayala indicaba minutos antes del comienzo, «hablar de la faceta militar de Alfonso X, en el Museo del Ejército es el mejor lugar posible». Un auditorio que confesaba a La Tribuna no conocer hasta ayer mismo, pero que le había supuesto una «gratísima sorpresa» por la oportunidad que le era brindada.
Cabe destacar que el propio Ayala es un gran conocedor de la figura de Alfonso X, tal y como recordaba María José Llop, profesora titular de historia de la UCLM y encargada de presentar a su homólogo medievalista.
'Política peninsular de Alfonso X: relaciones castellano-aragonesas entre 1252 y 1284', es el título con el que Ayala se convertía en doctor en 1985 por la Universidad Autónoma de Madrid, casa en la que ha desarrollado su actividad docente hasta convertirse en catedrático en 2003. Estos datos no hacen sino poner de relieve la importancia y conocimiento de Ayala, por lo que el éxito de la charla estaba asegurado.
Entrado en materia, el profesor universitario hizo hincapié en el afán de Alfonso X en proclamarse emperador, la relación con las órdenes militares como fuente de milicia de la que nutrir sus ejércitos, pues «en aquel entonces no existían profesionales, sino que era época de cruzados», recordaba y como a pesar de no tratarse de un rey caracterizado por su belicosidad, sí que contaba con una conciencia firme de «guerra, paz y conquista», explicó.
De este modo, Ayala se explayó sobre las relaciones del monarca Sabio con las órdenes militares, instituciones creadas en un inicio en el contexto de las Cruzadas como entidades de caballeros cristianos para la defensa de los Santos Lugares y que posteriormente tuvieron como dedicación la de propagar o defender la fe cristiana, tal y como pormenorizó el conferenciante.